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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

"Los Buenos Muchachos", restaurante icónico de Santiago, destaca por sus platos chilenos y shows de música variada. Fundado en 1939, ha evolucionado de una modesta picada a un local familiar de renombre con capacidad para 1.200 personas. A lo largo de los años, se ha adaptado a los gustos cambiantes, manteniendo su esencia de entretención y gastronomía tradicional con toques contemporáneos. Enfrentando desafíos como el estallido social y la pandemia, se han reinventado con platos congelados, delivery y eventos temáticos.

Santiago es una ciudad que alberga un sinfín de historias y lugares emblemáticos. Entre estos, hace 86 años destaca “Los Buenos Muchachos”, un restaurante histórico, que además de reunir parrilladas y platos típicos chilenos -como empanadas, arrollados, consomé y mariscos- se caracteriza por acompañar la experiencia de los comensales con shows de música folclórica, rock, cumbia y más.

Su historia se remonta al año 1939, cerca de su local ubicado en Cumming, cuando el matrimonio de Don Nacho y la señora Coya conformaron un recinto gastronómico en un lugar donde se ubicaba una picada y lo transformaron en el lugar que es hoy, un local familiar que recibe y ajusta su carta a los diferentes gustos.

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En su icónico local de Cumming, en Santiago, Ignacio Vivanco, gerente general del local, comentó a BioBioChile que su padre “empezó a vender chancho. Entonces era chicha y chancho, eso era lo que se vendía. La chicha en la temporada y los perniles, las patitas de chancho, el queso de cabeza”.

El negocio, orientado a un público obrero que disfrutaba de chicha, perniles y conversaciones de madrugada, recibió un nombre que surgió de la ocurrencia de algunos asiduos: “Los Buenos Muchachos”, en alusión a un canto de trabajadores de la antigua Empresa de Transportes Colectivos del Estado (ETC) que frecuentaban ese local.

Ignacio Vivanco narró que “teníamos que ponerle un nombre y había un grupo de empleados del ETC que venían al restaurante y cantaban la canción ‘Somos los buenos muchachos, alegres y compañeros, somos los buenos muchachos y nadie lo puede negar’. Y ahí quedó “Los Buenos Muchachos”.

Así comenzó este negocio, que tras más de ocho décadas, sigue en pie en el mapa gastronómico popular de Santiago. Todo lo anterior, junto a su marcada identidad, convierte a este establecimiento familiar en un lugar al que asisten frecuentemente fieles clientes, que incluyen intelectuales, figuras de la televisión, la música y la política.

En los setenta y ochenta, tras su popularidad, su historia dio un giro. Se ampliaron los espacios, entró la música en vivo, incorporó espectáculos folclóricos y la parrillada se convirtió en emblema. Y así, lo que comenzó como un local modesto se convirtió en una cadena.

En su local principal, en Cumming, cuenta hoy en día con un espacio con capacidad para 1.200 personas, con diferentes ambientes y barras temáticas. Una fachada más clásica, típica chilena, otra con esferas de disco -donde está el escenario más grande- luces LED, barras temáticas y una pista de baile y otro sector de dos pisos con cuadros antiguos, todos unidos entre sí pero ambientados.

Ignacio y Javiera Vivanco
BBCL

En esa línea, Vivanco recordó que “la esencia de Los Buenos Muchachos es la entretención. Mientras tú te mantengas entreteniendo, el tema se mantiene. La gastronomía siempre ha sido un tema importante en el restaurante, pero no es por lo que viene la gente (…) Cuando tú vienes acá, vienes a pasarlo bien. Es como en un matrimonio”.

Lo anterior se traduce en un ambiente festivo, mesas que conocen los mozos, clientes que piden “lo de siempre”, cumpleaños que se celebran con escenario, orquesta y baile.

La carta busca reflejar ese balance entre lo tradicional y lo contemporáneo. Vivanco detalló que “tenemos esos factores que equilibrar en la carta. Tienes el plato que viene tu abuela y te dice ‘yo esto lo comía hace 40 años’ y el plato para el vegano, cosas que antes no teníamos”.

“Hoy en día tenemos risotto con cuatro setas, anticucho vegano, hasta pastel de choclo vegano hoy en día. (…) hoy día nuestro target es llegar a cualquier persona, de cualquier familia, de cualquier edad que quiera venir a comer”, añadió.

Reinvención de Los Buenos Muchachos

Tanto el estallido social como la pandemia significaron desafíos para el negocio. En ese momento, con presupuesto más acotado, tuvieron que operar con la mitad del personal, transformarse hacia platos congelados, delivery, despachos.

Ignacio Vivanco puntualizó que “tuvimos que innovar por el estallido social y la cuarentena. Sacamos nuevos conceptos partimos con los platos congelados preparados y empezamos con el delivery. Además, lanzamos sándwiches, los platos combinados (…) y empezamos así de a poquito a buscar las formas”.

“Gracias a Dios salimos adelante, pero fue la prueba más dura que hemos tenido. Salimos adelante con la mitad de los trabajadores. Más que una crisis económica, incluso fue una crisis personal muy fuerte”, narró.

A poco de cumplir 100 años, el equipo busca seguir modernizándose, manteniendo sus tradiciones. De esa manera, hoy en día realizan shows temáticos, días de comedia, fiestas y bailes corporativos. Además realizan eventos corporativos y fiestas para fechas especiales, como Año Nuevo, Navidad o el Día de la Madre, y lanzando recientemente su primera fonda.

Hoy el local matriz sigue en Av. Ricardo Cumming 1031, Santiago, con horarios de 12:30 a 18 horas los domingos y de martes a miércoles (los jueves hasta las 00:00 hrs) y de viernes a sábado hasta las 2:30 a.m. Además cuenta con sucursales en el barrio Patio Bellavista, la Ruta 5 (en Buin), y Pajaritos. Todos los viernes y sábados ofrecen karaoke, show folclórico, Rapa Nui, orquesta en vivo y dj bailable.