El 31 de mayo de 2013, Pierdante Piccioni iba conduciendo su auto por la circunvalación de Pavía, una autopista ubicada al norte de Italia.
Pero repentinamente su vehículo se salió de control y terminó chocando. En un breve instante, el doctor italiano sufrió un trauma cerebral, que borró 12 años de su vida.
Pier, que ejercía como jefe de la sala de Urgencias en el municipio de Lodi (Italia), pronto era un paciente con una rara condición.
El hombre, que en aquel tiempo tenía 53 años, estuvo en coma seis horas, lo que modificó su personalidad, porque al despertar, pensaba que estaba en el 25 de octubre de 2001.
De un momento a otro, había retrocedido 12 años en el tiempo.
El difícil despertar de Pierdante Piccioni
Una vez que recobró la consciencia, Piccioni, observó con interés su entorno, uno que no podía reconocer.
Mientras el doctor sentía mucho susto y estaba bastante confundido, su familia permaneció a su lado. En ese sentido, su esposa María Assunta, fue un soporte desde el primer instante. Aunque para Pierdante, la mujer era una absoluta desconocida.
“La persona que entró era alguien como mi mujer, pero con muchas arrugas, pelo diferente, gafas… totalmente distinta”, recordó Pier Piccioni, a la empresa pública de radio y televisión del Reino Unido (BBC, en sus siglas en inglés). “Mi primer pensamiento fue: ‘¿qué pasó?’, y el segundo fue: ‘¿dónde está la cámara?’ Porque esto es ficción. Esto no es la vida real. Es una broma muy grande’, agregó a la conversación con el medio británico.
Igualmente, la sorpresa fue mayúscula cuando vio a sus hijos Filippo y Tommaso, que en su memoria eran unos niños de 8 y 11 años.
Ahora el doctor se impresionó que eran dos adultos jóvenes de 20 y 23 años.
¿Qué le ocurrió a Pier?
Pier, que fue entrevistado por la revista People, reconoció que el accidente le causó daños en la parte izquierda de la cabeza, detrás del cerebro, y en la parte frontal.
El resultado del trauma cerebral le provocó “un cambio de personalidad y de estilo de vida”.
A todo esto, el médico antes del accidente era una persona totalmente distinta. Según le comentaron cercanos, amigos y colegas de trabajo, usualmente era un profesional muy mordaz que en varias oportunidades podría ser “desagradable” en el trato personal.
“Mis compañeros me contaron que cuando llegué a ser jefe de Urgencias y tenía unas 230 personas bajo mi mando, mi apodo era El Príncipe Bastardo”, afirmó Piccioni, a la publicación inglesa.
Con ese fuerte calificativo, el doctor reflexionó sobre cómo era posible caer tan mal. “Lo de bastardo, era muy claro; lo de príncipe se debía a que era caballeroso al insultar y elegante al regañar”, remarcó.
Así las cosas, Pierdante pudo hacer una introspección sobre su forma de ser, después de revisar cientos de chats e imágenes de su anterior yo. “El mayor error que cometí en los primeros años fue desear que ese tiempo, el 2001, volviera. Estuve muy equivocado. No volverá. Pero puedes entender que eres otra persona, que has tenido la fortuna y la desgracia de vivir dos vidas. La primera se fue. Vive la segunda”, explicó al medio italiano Il Messaggero.
“Cuando pierdes la memoria, pierdes lo bueno y lo malo. Claro que me gustaría recuperar los buenos recuerdos. Pero la vida es un poco de ambas cosas, y no estoy seguro de querer recuperar los malos recuerdos y emociones”, recalcó.
El nuevo Pierdante Piccioni
Realmente a Pier le costó mucho retomar el rumbo de su vida, pues había olvidado que su madre había fallecido, además de que mantenía un matrimonio sin saber quién era su esposa, por lo que optó por volver a enamorar por segunda vez a María.
“Ella todavía me ama, y yo también. Es muy bonito. Y tengo mucha suerte, porque desde que me recuperé he conocido a mucha gente con mi problema y la mayoría de las parejas se rompen, porque es muy difícil volver a empezar”, reveló Piccioni a la BBC.
“Estamos felices. Creo que mi esposa prefiere el Pier nuevo que al Pier viejo”, enfatizó alegremente el doctor.
Después de dos años de rehabilitación, el médico volvió a ejercer su profesión, pero esta vez desde una vereda opuesta. Más aún, Pier empezó a trabajar con pacientes mayores, algunos de ellos padecen demencia y pérdida de memoria.
Varios de sus pacientes reconocen el cambio de mentalidad, mencionando alegremente que el traumatismo obró un milagro.
“Todos me dicen que soy más empático. No más inteligente, sino una persona más hermosa”, dijo Pier a People. “El trauma me dio una segunda oportunidad”, expresó locuaz Piccioni al medio estadounidense.