Cada 22 de mayo se conmemora a la religiosa italiana, conocida por los creyentes del catolicismo como la "Santa de lo imposible". Su historia de vida refleja todas las dificultades a las que se tuvo que enfrentar en vida y que le valieron esa denominación.

Cada 22 de mayo el mundo católico recuerda a Santa Rita. La elección de la fecha no es antojadiza, sino que coincide con su fallecimiento.

La religiosa conocida como “Santa de lo imposible”, es denominada así por su cruda historia de vida, la que concluyó con la pérdida de su esposo e hijos, pero siempre ligada a la oración.

De acuerdo a Infobae, el nombre de nacimiento de la santa era Margherita Lotti, por lo que Rita se habría convertido en una abreviación de él. La mujer nació en 1381 en Italia, específicamente en Umbría, a 3 kilómetros de Cascia.

Según EWTN, una cadena de televisión estadounidense dedicada a la información religiosa católica, desde muy niña Santa Rita quería convertirse en monja, sin embargo, debido a la presión de sus padres cedió y terminó casándose, por lo que este sueño se hizo más difícil de alcanzar.

El asesinato de su esposo y la muerte de sus hijos

No obstante, su matrimonio estuvo lleno de dificultades. La primera vino de parte de su esposo, quien de acuerdo al mencionado medio “le causó muchos sufrimientos”, los que enfrentó con oración.

Por ello y con el transcurso del tiempo, el hombre se convirtió a la religión católica y llegó a considerarse un “temeroso de Dios”. Pero, tiempo más tarde, su marido fue asesinado.

Como relata Infobae el hombre habría sido atacado por enemigos cuando regresaba a casa desde Cascia, ahí, mientras estaba cerca de la Torre de Collegiacone, los sujetos lo asesinaron.

Este hecho llenó de rabia a sus hijos Jean-Jacques y Paul-Marie, quienes buscaban vengar la muerte de su padre.

Fue esta sed de venganza la que motivó a Santa Rita a rezar incesablemente por sus hijos, por lo que, según el medio católico, esta habría suplicado a Dios que se los llevara antes de permitirles cometer el pecado. Así, ambos fallecieron poco tiempo después por causas desconocidas, sin finalmente matar a los asesinos de su padre.

El ingreso de Santa Rita al Convento Agustiniano en Casia

Para 1417, la “Santa de lo imposible” estaba viuda y sin hijos, por lo que volvió a contemplar la idea de unirse al convento. No obstante, ahí se enteró de que su solicitud fue rechazada, pues varias monjas pertenecían a familias que habían perdido algún miembro a causa de su fallecido esposo.

Otra vez, acudiendo a la oración, la mujer suplicó a sus santos patronos, San Juan Bautista, San Agustín y San Nicolás de Tolentino, y finalmente fue aceptada.

Una vez dentro del convento, Santa Rita continuó con sus acciones de caridad y diversas penitencias, las cuales resultaron en “curas notables, liberación del demonio y otros favores especiales de Dios”, afirma EWTN.

Para ello, la santa le prometió a Dios compartir el dolor de la corona de espinas que usó Jesucristo, por lo que este le dio una herida en la frente, la cual fue dolorosa y expelía un hedor desagradable, pero ella lo consideraba gracia divina.

Finalmente, la monja falleció un 22 de mayo a los 76 años. Tras su deceso, fueron varios los creyentes que llegaron hasta el convento a rendirle homenaje.