Vestigios de un antiguo palacio azteca, sede de acontecimientos claves de la conquista de México como la muerte del monarca Moctezuma, y que luego fue morada de Hernán Cortés, fueron descubiertos bajo un emblemático edificio del centro de la capital, informó este lunes el gobierno.

El señorial edificio del Nacional Monte de Piedad, histórica casa de empeño en plena plaza central de Ciudad de México, escondía pisos de lajas de basalto correspondientes a un espacio abierto del palacio de Axayácatl, tlatoani (gobernante azteca) de Tenochtitlan entre 1469 y 1481 y padre de Moctezuma.

En el salvamento arqueológico también se detectaron restos de la primera casa del conquistador español Cortés, que luego fue utilizada como primer cabildo de Nueva España y sede del marquesado del Valle de Oaxaca, detalló el Instituto Nacional de Antropología e Historia, INAH.

El hallazgo se da gracias a obras de reforzamiento del edificio del Monte de Piedad, que data de 1755, y que implicaron la excavación de 12 pozos de sondeo.

En un cuarto adyacente a la zona central de las obras, los arqueólogos Raúl Barrera y José María García realizaron una excavación intensiva, ubicando restos de una habitación hecha con sillares de basalto y tezontle, de cinco por cuatro metros.

“Análisis posteriores permitieron concluir que esta fue la morada de Hernán Cortés, una vez caída México-Tenochtitlan, en 1521”, detalló el INAH en un comunicado.

Bajo la casa del conquistador, a más de tres metros de profundidad, fueron encontrados los restos de otro piso de lajas de basalto, pero de la época prehispánica.

Los expertos sostienen que “formó parte de un espacio abierto del antiguo Palacio de Axayácatl, probablemente, un patio”, agregó el instituto.

Barrera y García destacan que estos vestigios de los albores del virreinato corresponden a materiales reutilizados del palacio de Axayácatl que, al igual que otras construcciones del recinto sagrado de Tenochtitlan, fueron destruidas por los españoles y sus aliados indígenas, “casi hasta sus cimientos”, tanto con fines simbólicos como prácticos.

Estos pisos prehispánicos “fueron los mismos por los que deambularon los invasores españoles y sus aliados a su llegada a Tenochtitlan, el 8 de noviembre de 1519″, resalta Barrera.

Moctezuma “les permitió alojarse en las casas viejas que habían pertenecido a su padre y, al poco tiempo, las convirtieron en su cuartel”, añadió.

El subsuelo del centro histórico de la capital mexicana, donde se erigió la antigua Tenochtitlan, es una fuente inagotable de hallazgos arqueológicos, sede de museos de sitio y múltiples investigaciones científicas.