China está en el ojo de la noticia por anunciar que, por primera vez en más de tres décadas, los anticonceptivos dejarán de estar exentos de impuestos.
Resulta que a partir del 1 de enero del 2026, productos como los preservativos estarán sujetos al IVA general del 13%, una decisión que muchos ciudadanos ya llaman, con ironía y preocupación, el “impuesto a los preservativos”.
¿Por qué China puso impuestos a los anticonceptivos?
La medida se enmarca en el giro demográfico de Pekín: tras décadas de férreo control de la natalidad bajo la política del hijo único, el Gobierno busca ahora incentivar los nacimientos ante el rápido envejecimiento de la población y la caída sostenida de la tasa de fecundidad.
Sin embargo, como destaca Euronews, el anuncio ha generado una oleada de críticas en redes sociales y alertas entre expertos en salud pública.
Mientras algunos usuarios bromean con que “criar a un hijo siempre será más caro que comprar preservativos, incluso con impuestos”, otros advierten de consecuencias más serias. Especialistas temen que el encarecimiento de los anticonceptivos reduzca su uso, especialmente entre las poblaciones con menos recursos, lo que podría traducirse en más embarazos no planificados y un aumento de las infecciones de transmisión sexual (ITS).
Critican medida de gravar preservativos
China registra millones de abortos al año y un repunte de enfermedades como la sífilis, la gonorrea y el VIH, con cerca de 1,4 millones de personas viviendo con VIH o sida en 2024, dice el citado medio.
Además, el preservativo solo es utilizado por el 9% de las parejas, mientras que la carga del control reproductivo recae mayoritariamente en las mujeres, a través de DIU o esterilizaciones.
Para muchas mujeres, el impuesto es algo más que una decisión fiscal. “Es una forma de disciplinar los cuerpos y las decisiones personales”, denuncian, recordando el pasado de abortos forzados y sanciones extremas.
Aunque algunos académicos consideran “lógico” tratar los anticonceptivos como bienes comunes en una nueva etapa demográfica, coinciden en que el impacto del impuesto sobre la natalidad será mínimo. El costo de criar un hijo, subrayan, sigue siendo infinitamente mayor que cualquier gravamen sobre un preservativo.