Elizabeth Eden es el nombre de una mujer que en un hospital de Towson, en el condado de Baltimore, Estados Unidos, dio a luz a su hija teniendo que vivir una experiencia que describió como “traumática”.

Mientras se preparaba para el nacimiento de Beatrice, fue alertada por personal del recinto de que su examen de consumo de opiáceos había dado positivo. “Has sido denunciada”, le dijeron.

“Estaba en trabajo de parto. Estaba sentada en la cama. Tenía contracciones. Estaba con goteo de pitocín, y el médico vino y me lo dijo”, recordó Eden ante las cámaras de la señal WbalTV11.

La mujer afectada hizo un rápido chequeo de su día, y recordó haber escuchado en una clase de salud escolar que consumir semillas de amapola podía causar un falso positivo, lo que ciertamente no estaba en su mente al momento de ir al hospital el 4 de abril pasado.

“Le dije: ‘Bueno, ¿puedes hacer la prueba otra vez? Comí un panecillo de semilla de amapola esta mañana para el desayuno’, y ella dijo: ‘No, has sido denunciada al estado"”, lamentó Eden.

Mumumío | Flickr (CC)
Mumumío | Flickr (CC)

Según el citado medio, estudios han demostrado que solo una cucharadita de semillas de amapola puede hacer que los niveles de opiáceos sean de 1.200 nanogramos por milímetro, y una prueba positiva regular es de 300 nanogramos por milímetro.

Debido a aquel desayuno, la hija de Eden tuvo que permanecer sin su madre en el hospital durante cinco días, mientras, a Eden se le asignó un asistente social para un chequeo en el hogar.

Luego, superado y aclarado el hecho, la mujer escribió una carta detallada al hospital, con información científica respecto de los efectos de las semillas y mostró su preocupación con la esperanza de que la institución elevara su umbral en las pruebas y de que se educara a la futuras madres.

“Normalmente no educamos a los pacientes, y es un buen punto que las personas probablemente deberían saber, que si usan semillas de amapola antes de que tengan una prueba de toxicología podrían resultar con un falso positivo”, culminó.