VER RESUMEN

Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

La noticia de la muerte de Cecilia Giménez, la mujer detrás de la fallida restauración del Ecce Homo en Borja, España, fue confirmada por el alcalde Eduardo Arilla, quien lamentó su partida. Giménez intentó mejorar el mural deteriorado por humedad, pero el resultado generó un revuelo internacional en 2012.

La localidad de Borja, en Zaragoza (España) despide a una de sus vecinas más conocidas a nivel internacional; Cecilia Giménez, quien murió este lunes a los 94 años y que pasó a la historia en el 2012 tras protagonizar uno de los episodios más insólitos del mundo del arte.

Resulta que Giménez fue la autora de la fallida restauración del mural Ecce Homo, obra del pintor Elías García Martínez, ubicado en el Santuario de la Misericordia, en la mencionada localidad española.

Muere Cecilia Giménez: restauradora del “Ecce Homo”

La noticia de la muerte de la restauradora del Ecce Homo fue confirmada por el alcalde de Borja, Eduardo Arilla, quien expresó públicamente el pesar del municipio por la pérdida de una mujer muy apreciada por la comunidad, afirmó el medio EuroNews. La autoridad destacó su carácter solidario y recordó que, con el paso del tiempo, el célebre Ecce Homo acabó generando importantes beneficios para la localidad, permitiendo impulsar proyectos culturales y sociales.

El suceso que marcó la vida pública de Giménez ocurrió en agosto de 2012, cuando decidió intervenir por iniciativa propia en la deteriorada pintura mural, afectada por la humedad y el paso de los años.

Su intención, según explicaron entonces las autoridades locales, fue preservar una imagen religiosa muy querida por los vecinos. Sin embargo, el resultado final distó mucho del original y provocó una oleada de reacciones en medios de comunicación de todo el mundo, así como innumerables interpretaciones humorísticas y debates sobre la conservación del patrimonio.

Los encargados insistieron desde el primer momento en que no se trató de un acto vandálico, sino de una acción bienintencionada realizada sin formación técnica ni autorización previa. Posteriormente, contactaron con especialistas en restauración para evaluar el estado de la obra y determinar posibles actuaciones.

Con el paso de los años, el Ecce Homo restaurado se fue transformando en un fenómeno cultural y turístico inesperado, que atrajo a miles de visitantes a Borja.