Tras la muerte del Papa emérito Benedicto XVI han surgido dudas sobre qué protocolos se llevarán a cabo y si es que recibirá el tratamiento de un Papa o de un obispo, puesto que renunció al cargo de máxima autoridad en 2013.

Esta mañana se informó el fallecimiento del Papa emérito Benedicto XVI, que fue elegido como máxima autoridad de la Iglesia católica en 2005 y renunció al cargo en 2013, argumentando que debido a su avanzada edad no podía continuar las labores.

Ahora y tras su deceso surgen dudas sobre qué protocolos prosiguen tras su muerte y si es que recibirá el funeral de un Papa o no, puesto que en sus últimos años no se desempeñó como tal, sino que permaneció en rol de obispo.

Pero cuando muere un Papa, ¿cuáles son los pasos a seguir en el Vaticano?. Según recopila el medio infobae, en primera instancia quienes comprueban el fallecimiento son los cuerpos médicos de la Santa Sede. Posteriormente y tras certificar la muerte, los doctores dan aviso al prefecto y él es quien declara oficialmente el hecho.

Tras pronunciar formalmente “el Papa ha muerto”, por protocolo todos en el Vaticano se arrodillan y comienzan los responsos, es decir, las últimas oraciones en memoria del fallecido.

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¿Qué pasa con el cuerpo de un Papa cuando muere?

La noticia de la muerte de un Papa da inicio al llamado “turno de vela”, donde los sacerdotes del cabildo del Vaticano prenden velas a los pies del lecho de muerte y dejan un recipiente con agua bendita junto a él para continuar los responsos.

Instantes después y aun con el cuerpo en su lecho de muerte, llega el cardenal de la Corte Papal y se asegura oficialmente del fallecimiento. Allí golpea su frente 3 veces con un pequeño martillo de plata y al no obtener respuesta pronuncia: “vere papa mortuus est” (de verdad el Papa ha muerto).

Luego de esto, retira el anillo del Papa -símbolo de su autoridad-, el cual después será destruido junto a otros elementos que respaldaron su cargo. Esto para evitar futuras falsificaciones de documentos papales, por protocolo.

Ya finalizadas las tareas del Cardenal, al Papa se le extraen las vísceras y se depositan en urnas. Estas serán conservadas en las criptas subterráneas de las iglesias de San Vicente y San Anastasio, en Roma.

El procedimiento ocurre mientras el cardenal de la Corte Papal da aviso al cardenal vicario de Roma, quien informará la noticia al resto del mundo. Así se declaran 9 días de luto riguroso en la Ciudad del Vaticano y se ofician misas en todo el mundo de despedida.

¿Cómo es el funeral de un Papa?

Antes de dejar el cuerpo en la Capilla Sixtina, para los velorios, el Papa es vestido de colores blancos y rojos. Este último siendo el color del luto papal. Allí los miembros del Vaticano y otros diplomáticos le rinden honores.

Un día después es llevado al altar de la basílica de San Pedro y al término del periodo de velorios se realiza la “misa de exequias”, liderada por el cardenal de la Corte Papal y el decano del Colegio Cardenalicio, vestidos de rojo.

Además, al evento asisten jefes de estado, presidentes y reyes y reinas de distintos países y continentes con los que el Vaticano mantiene relaciones y acuerdos diplomáticos.

Al finalizar la misa, se lleva al féretro de ciprés, en el que es trasladado a la sepultura. Mientras el coro del Vaticano canta la canción “Libera me, Domine, de morte aeterna”, que en español se traduce como “líbrame Señor de la muerte eterna”.

El ataúd se deposita donde anteriormente estuvo el Papa Juan Pablo II -antes de ser canonizado- y el cardenal lanza la primera cucharada de tierra mientras dice: “memento homo quia pulvis es et in pulverem reverteris” (Recuerda hombre que eres polvo y en polvo te convertirás).

Los demás cardenales del Vaticano presentes también depositan una porción de tierra, aunque sin pronunciar la frase y al terminar se cierra la tumba y concluye el funeral del Papa.

Por el momento, no se conoce si estos rituales aplican para Benedicto XVI, puesto que al momento de su muerte no ejercía como Papa y este sería un caso aislado en los protocolos. Todo quedaría en manos del Vaticano.