En plena crisis por coronavirus, muchos hospitalizados por Covid-19 pasan sus días internados y conectados a respiración asistida recostados boca abajo.

De acuerdo a Panagis Galiatsatos, quien es profesor de medicina pulmonar y cuidados intensivos de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, aquello se hace para aumentar la cantidad de oxígeno que ingresa a los pulmones.

En conversación con BBC Mundo, el especialista explicó que la zona de mayor peso de los pulmones está en la espalda.

Por ello, si el paciente está boca arriba, este tendrá mayor dificultad a la hora de respirar.

“Muchos de los pacientes con coronavirus no están oxigenando bien sus pulmones y eso los daña”, dijo.

“Y aunque en los centros médicos les administramos oxígeno, en ocasiones parece no ser suficiente. Y así, lo que hacemos es acostarlos boca abajo para permitir que los pulmones se vuelvan a expandir”, explicó.

“La abertura de los pulmones en decúbito prono permite que haya más flujo de sangre. El cambio es notable y lo hemos confirmado con muchos pacientes”, añadió el profesional, quien recordó que la misma OMS sugirió esta técnica a la hora de combatir el virus.

En concreto, desde la organización recomendaron que los pacientes que deban ser hospitalizados por SARS-CoV-2 en condiciones graves reciban ventilación mecánica boca abajo entre 12 a 16 horas al día.

No obstante, la pronación tiene complicaciones, específicamente en términos de equipo: requiere una cantidad de manos considerable para realizarse de manera correcta y exitosa.

Además, enfermedades como la obesidad son algunos de los obstáculos que enfrentan los equipos médicos.

De acuerdo a Galiatsatos, poner a un paciente decúbito prono requiere hasta cinco personas para hacerlo de manera efectiva.

“La obesidad es una de las mayores preocupaciones. También se debe tener cuidado con las personas que tengan lesiones en el pecho. Y hay que ser precavidos en caso que el enfermo tenga un tubo de respiración o un catéter en el cuello”, complementó el médico.