Para quienes están familiarizados con la obra de Peter Pan, uno de los personajes más importantes de la historia es el de Wendy Darling, la pequeña que se convierte en “madre” de los Niños Perdidos.

Precisamente, el descubrimiento de su faceta más madura impulsa a Wendy a disfrutar de su rol de cuidadora, lo que sumado a su gran capacidad para contar cuentos, cariño, preocupación y sensibilidad, la hacen un gran ejemplo de figura materna para los pequeños que habitan en la tierra de Nunca Jamás.

A diferencia de Wendy, Peter Pan está caracterizado como un niño que nunca crece y odia el mundo de los adultos. Tiene una personalidad inmadura, egocéntrica, egoísta y en ocasiones cruel, considerando que vive haciendo lo que le da la gana sin ninguna responsabilidad real. Por todo lo anterior, tiene temor de hacerse grande y vivir en un mundo con reglas y límites.

Considerando los rasgos de este personaje, en 1983 el psicólogo Dan Kiley publicó un libro titulado El síndrome de Peter Pan: los hombres que nunca crecieron, en el cual entrega detalles de esta afección.

Peter Pan | Walt Disney Studios

El Síndrome de Peter Pan

A grandes rasgos, el Síndrome de Peter Pan dice relación con aquellas personas que continúan comportándose como niños o adolescentes en su edad adulta, siendo incapaces de tomar la responsabilidad de sus actos y la vida de grandes. “Son personas que se niegan a crecer, con una marcada inmadurez emocional matizada por una fuerte inseguridad y un gran temor a no ser queridos y aceptados por lo demás”, explicó la web especializada Psicología y Mente.

“Los Peter Pan son los jóvenes eternos que se desentienden de las exigencias del mundo real escondiéndose en un mundo de fantasía, en su país de Nunca Jamás. Atrapados en él, no pueden desarrollar los roles que han de asumir, como el de padre, pareja o profesional, tal y como se espera en la adultez. Se pueden reconocer porque muchos de ellos puede que se resistan a independizarse de los padres, mantengan relaciones afectivas superficiales y sin compromiso o no acaben de encontrar su sitio en el mundo laboral”, agregó la web.

Las personas que padecen este síndrome, usualmente hombres, pueden parecer despreocupados y felices. No obstante, al indagar en sus vidas nos encontramos con que atraviesan sentimientos de soledad e insatisfacción, acompañados de una dependencia personal ya que necesitan a su lado a otra persona que satisfaga sus necesidades y les haga sentir protegidos. Por lo general, su ayudante suele ser una figura muy cercana como los padres, hermanos mayores o la pareja.

Y aquí es donde entra en juego otro síndrome de suma relevancia, el Síndrome de Wendy.

Síndrome de Wendy

Nos referimos al trastorno que se fundamenta en la necesidad imperiosa de satisfacer a un otro, la cual nace del miedo al abandono, al rechazo y al constante deseo de complacer a todos, especialmente a la pareja.

“Estas conductas las podemos encontrar dentro del núcleo familiar, en los padres o madres sobreprotectores, y en las relaciones interpersonales, con personas muy cercanas. La madre que está excesivamente pendiente de sus hijos, le hace los deberes, lo despierta todas las mañanas para ir a clase, o la esposa que hace todas las tareas en la casa y asume un rol de esposa-esposo perdonando o justificando en todo a su marido“, explica la enciclopedia colaborativa online EcuRed.

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Origen

Con frecuencia, el origen de este síndrome se encuentra en la niñez y pasado familiar de quien lo padece, en el cual la persona se sintió excluida y desprotegida.

Por ello, en la edad adulta compensa la falta de dirección y protección asumiendo el rol de los padres que no ha tenido, indicó Anna Gimeno, psicóloga clínica de la Universidad de Barcelona. “Y a diferencia del Síndrome de Peter Pan, el Síndrome de Wendy afecta más a mujeres que a hombres. Esto puede ser debido a factores culturales y educativos”, agregó.

Por su parte, Paola Pico, psicóloga de la Universidad de Pamplona, comentó en la web Psicóloga Online que, junto con las experiencias afectivas y estilos educativos de nuestra infancia, existen otros factores que contribuyen al desarrollo de este trastorno.

Hablamos de rasgos de la personalidad, baja autoestima, temor al rechazo, al abandono y búsqueda imperiosa de la aceptación social; factores que también suelen gestarse en nuestra infancia.

Características

En cuanto a las características de este síndrome, Pico destaca las siguientes:

. Personas a las que el perfeccionismo le lleva a sentirse culpables cuando algo sale mal, especialmente en lo que respecta a satisfacer a otros.
. Personas que se resignan en roles de sacrificio.
. Personas que se sienten imprescindibles; son quienes deben encargarse de hacer las cosas.
. Su idea de amor es igual a la de sacrificio. Se resignan al malestar, al cansancio y al resto de consecuencias negativas que trae consigo el desgaste debido al cuidado de otra persona.
. Buscan agradar siempre a quienes le rodean.
. Son personas muy emocionales y sumisas.
. Asumen las responsabilidades y tareas de sus seres queridos, por lo que, fácilmente, toman el rol de “madre” o “padre” de su pareja.
. Evitan los conflictos e intentan hacer feliz a la otra persona, dejando a un lado su propia felicidad.
. Evitan cualquier cosa o circunstancia que pueda molestar a las personas de su alrededor.
. Se disculpan o se sienten culpables por las cosas que no han podido hacer.
. Tienen poco control de su vida, por lo que se enfocan en tratar de controlar la vida de otra persona.

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Relación entre el Síndrome de Peter Pan y el de Wendy

En palabras del psicólogo Gilberto Espino, en un artículo difundido en la web Psiquiatría.com,
quienes padecen el síndrome de Peter Pan “requieren de una Wendy que les ayude en su incapacidad de resolución de los problemas”.

“En la constante búsqueda de felicidad en la pareja, la personalidad Wendy permanece en esa condición rescatadora con su pareja al sentirse útil, querida y necesaria, pensando que el amor significa abnegación, sacrificio y resignación, evitando el desagrado de los demás y tratando de que no exista el disgusto para mantener la aprobación de los demás, cuidando siempre de su imagen ante ellos”, agregó el especialista.

A ello, el experto añadió que las personas con el síndrome de Wendy hacen “lo necesario por otras personas para encontrar el reconocimiento y valoración externa, ya que tienen un pobre concepto de sí mismas, y muy a su pesar de sus propios sentimientos, los cuales son encontrados que oscilan en los polos que van desde el odio y coraje, al extremo de lealtad amorosa e incondicional, implicándole una disonancia cognitiva con su propia valoración interna“.

Consecuencias

A raíz del último punto, existe una serie de consecuencias de padecer este trastorno, las cuales fueron detalladas por la web Psicóloga Online.

Tristeza y soledad: estas personas acaban por sentirse solas, y con poca satisfacción en su vida.

Depresión y trastornos de ansiedad: sentir que no llegan a todo lo que se proponen unido a la falta de refuerzo por el entorno puede dar lugar a problemas emocionales.

Problemas de pareja: el síndrome dificulta la vida en pareja, cuando no se padece el síndrome de Peter Pan y se busca la independencia y la igualdad de ambos miembros de la pareja.

Burnout: este síndrome, comúnmente asociado al ámbito laboral, también puede aparecer por la alta demanda de tareas y la falta de tiempo para sí misma. Esto hace que se sientan agotadas y al límite de sus posibilidades.

Insatisfacción: al no tener metas y objetivos propios lleva a intensificar el comportamiento de atender y cuidar a los demás para sentirse útiles.

Consecuencias para los hijos: eventual desarrollo del Síndrome de Peter Pan. Predispone a los hijos a demandar atención y restarles responsabilidad, así como baja tolerancia a la frustración y baja autoestima.

Si tienes hijos y quieres prevenir que desarrollen este tipo de síndrome, los expertos recomiendan implementar estilos educativos basados en el amor y el respeto. Además, educar con miras a la igualdad de roles y prestando atención a las creencias generacionales que se están enseñando.

“Por ejemplo, divide las tareas domésticas y el cuidado de los hijos. Las tareas domésticas y el cuidado de los niños son responsabilidad de todos los adultos de la casa –observa si en la tuya hay una división igualitaria, recuerda que el ejemplo es también parte de la educación-“, indican desde Psicóloga Online.

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Consejos para superar el síndrome

En caso de padecer este trastorno, la mejor opción es someterse a un proceso terapéutico con el objetivo principal de perder el temor a ser abandonados o rechazados.

El acompañamiento de un profesional en salud mental es importante para un entrenamiento en habilidades sociales y en la modificación de pensamientos relacionados con el rechazo, la culpa y el abandono. El éxito para superar el síndrome de Wendy es el compromiso de quien lo padece para buscar el bienestar emocional”, indicó Paola Pico.

Finalmente, la experta entregó una serie de consejos para comenzar a superar el síndrome. Sin embargo, en caso de requerirlo siempre es aconsejable buscar ayuda profesional.

Aceptar: reconocer que la necesidad de satisfacer a los demás está interfiriendo con el bienestar emocional propio.

Fortalecer la autoestima: reforzar tu valía personal para que la aprobación de los demás no sea una prioridad necesaria para tu felicidad.

Establecer límites en las relaciones: aprende a relacionarte con los demás, priorizando el bienestar propio y poniendo límites a las demandas de los demás.

Entrenar la asertividad: desarrolla habilidades de comunicación para aprender a decir “no” y expresar tus opiniones de forma respetuosa sin agredir a los demás y, sobre todo, sin dejarse dominar.

Reemplaza los pensamientos: aprende a modificar tus patrones de pensamiento, en especial aquellas relacionados con la propia valía, el abandono y la culpa.

Solicitar ayuda profesional: solicita a un profesional de la salud mental su asesoría, consejo o intervención, te dará las pautas necesarias para comprender los desencadenantes y gestionar las capacidades para enfrentar el miedo al abandono y superarlo.