Probablemente alguna vez has estado escuchando música en Bio-Bío La Radio (o Spotify, según tus gustos) y sin explicación alguna, se te eriza la piel, ha brotado una lágrima de tus ojos y sientes un nudo en la garganta, sin que entiendas por qué ocurre esta situación.

La música, una de las expresiones más increíbles del ser humano, a través de su ritmo provoca alegría, euforia, emoción,tranquilidad e incluso rechazo, impactando en nuestras emociones de forma que incluso, no nos damos cuenta.

Pero, cuál es la explicación para que canciones como “Someone like you” de la británica Adele tenga la capacidad de provocar lágrimas o escalofríos en quienes la oyen.

Todo se resume en las “apoyaturas”

La música es un importante catalizador para los seres humanos, aunque esto es más relevantes en algunas personas, quienes por sus experiencias de vida son más sensibles a algunos tipos de sonidos.

Esta fue la incógnita que en 1991 el psicólogo británico John Sloboda trabajó a través de su estudio “Estructura musical y respuesta emocional: algunos hallazgos empíricos”.

El científico realizó una investigación en la Universidad de Keele, en la que le solicitó a 83 voluntarios que escucharan pasajes musicales e identificarán, en una encuesta, sus reacciones físicas como lágrimas, piel de gallina, risas o un nudo en la garganta.

En el análisis de lo que entregaron los voluntarios, el científico indicó que más del 80% de los encuestados informaron haber sentido diversas emociones al escuchar los pasajes musicales entregados.

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Además, destacó que los escalofríos, las lágrimas y el nudo en la garganta estaban asociados a pasajes de canciones que contenían secuencias con una “Apoyatura”, un tipo de nota ornamental que choca con la melodía para crear un sonido disonante, lo que genera tensión en el oyente.

Según destaca The Wall Street Journal, el psicólogo Martin Guhn, de la Universidad de British Columbia, que también estudió esta incógnita en 2007, indicó “Cuando las notas vuelven a la melodía prevista, la tensión se resuelve, y se siente bien” de modo que cuando escuchas varias apoyaturas en una melodía, se genera un ciclo de tensión y liberación que provoca una fuerte reacción que desencadena escalofríos o lágrimas.

El psicólogo, que comparte créditos de investigación con Marcel Zentner, consignó que las piezas musicales que evocan estas sensaciones se caracterizan por comenzar suave e inmediatamente alcanzar una voz más alta, la entrada abrupta de una nueva voz, instrumento musical o armonía, la expansión de las frecuencias de una canción y lo más importante, la desviación inesperada de la melodía, con sorpresas en el volumen, timbre o patrón armónico, generando un hormigueo en la columna vertebral.

En el caso de Adele, su éxito “Someone like you” comienza suavemente y con una letra nostálgica, para llegar al coro, momento en que la cantante continúa cantando con un tono dramático la letra “Never mind, I’ll find someone like you, I wish nothing but the best for you, too, don’t forget me, I beg, I remember you said”.

Sin embargo, cuando llega a entonar la última parte del coro, cambia el patrón de la canción, entonando “Sometimes it lasts in love, but sometimes it hurts instead” lo que genera que nuestro sistema nervioso simpático esté en alerta y se generen las sensaciones descritas.

Aunque la canción no sólo genera escalofríos o lágrimas, sino que también la emisión de dopamina en los centros de placer y recompensa del cerebro, generando efectos similares a los que produce la comida o el sexo, por lo que pese a ser conmovedora, se transformó en un éxito que encabezó las listas musicales de Reino Unido, Australia, Irlanda, Nueva Zelanda y Estados Unidos, entre otros países.

Similar reacción genera la canción “Vuelvo para vivir” de Illapu, quienes con una conmovedora letra alusiva a la vuelta al país tras el exilio y melodías con instrumentos como zampollas o quenas, entre otros, perciben emociones como un nudo en la garganta o piel erizada.

Los científicos también encontraron fragmentos que generan esta sensación de escalofríos en “Trío para piano” de Mendelssohn y “Adagio para cuerdas” de Barber.

Sólo para algunos

Es posible que estés leyendo este artículo al ritmo de Adele o Illapu y no sientas nada, esto es porque sólo algunos pueden llegar a sentir la “piel de gallina”. La explicación es que el cerebro de estas personas, es un poco especial.

Mattew Sachs, ex estudiante de Harvard, investigó a quienes perciben estas sensaciones realizando un experimento que consideró a 10 estudiantes que declararon tener estas sensaciones y que fue publicaron en la revista académica Oxford Academic.

Se les sometió a pruebas cerebrales que establecieron que quienes tenían esta conexión emocional-física con la música poseían estructuras cerebrales diferentes, como destacó BioBioChile.

La investigación mostró que estas personas tendían a tener un volumen más denso de fibras que conectan su corteza auditiva con las áreas que procesan las emociones, lo que significa que las dos áreas pueden comunicarse mejor. Por tanto, cuando tienes más fibras y mayor eficiencia entre dos regiones del cerebro, tu procesamiento es más eficiente.

Esto, también puede significar que las emociones de estas personas son más fuertes e intensas, así como que evocan algún recuerdo particular que les hace percibir esta sensación.

La canción de amor perfecta

Los escalofríos o las lágrimas no son las únicas emociones que nos genera la música, sino que también nos puede divertir, alegrar, llenar de optimismo e incluso, de amor.

Un estudio que realizó Spotify, en conjunto con Jacob Jolij, profesor de Psicología Cognitiva y Neurociencia en la Universidad de Groningen de Paises Bajos y Maureen Crowe, presidenta de Suvervisors Guild, dio con la perfecta canción de amor, que dieron a conocer el 14 de febrero de 2014.

El objetivo, era encontrar una canción que cumpliera con los siguientes requisitos: Letra sentimental + tempo lento + ritmo sincopado + notas agudas + progresión de acordes estándar.

La ganadora, Make You Feel My Love, el éxito de Bob Dylan, pero en la versión que interpreta Adele, destacó Europa Press.

Sin embargo, este no fue el único estudio que realizó Jolij, quien también junto a la plataforma musical, logró establecer qué canciones escuchan las personas, según su estado de ánimo.

De acuerdo al investigador de la Universidad de Groningen, “la música puede tener efectos poderosos en nuestras emociones: desde hacernos felices hasta permitirnos superar el miedo, cierta música puede despertar emociones y liberar hormonas que afectan directamente a nuestros estado de ánimo. La lista de temas recopilados destaca algunas de las canciones más efectivas para llevarnos de la tristeza a la felicidad, o de la ira al optimismo”, destaca El Clarín.

De esta forma, “Birthay” de Katy Perry destronó a “Happy” de Pharrel, consangrándose como la canción que genera más felicidad gracias a su capacidad de animar a moverse activamente y liberar dopamina.

Otra canción que genera ganas de bailar y por tanto, entusiasmo es “Wake me up” de Avicci, que libera adrenalina y endorfina con sus tonos altos, pero con un tiempo más rápido y fuerte que una canción sencillamente feliz.

La nostalgia se revela en el éxito de John Legend, “All of me”, que según el estudio, la letra y melodía permite evocar recuerdos que atraen esta emoción.

Finalmente, relaciona el tema “Bad” de David Guetta con la ira, gracias al tiempo rápido con un ritmo fuerte que lo caracteriza. Cabe destacar que al generar esta emoción en quienes la escuchan, también produce necesidad de movimiento, una dimensión que comparte con la felicidad, consigna el medio argentino.