Un estudio publicado en Environmental Science and Technology identificó la presencia de compuestos tóxicos que pueden dañar la salud humana, en los productos menstruales, tanto desechables como reutilizables.
Para el estudio, que se realizó en España, los científicos analizaron tres tipos de plastificantes que se consideran “de preocupación” para la salud humana: ftalatos, ésteres organofosforados y plastificantes alternativos.
Así, detectaron los tres tipos tanto en toallas higiénicas, protectores diarios y tampones como en calzones menstruales, compresas de tela (toallas higiénicas reutilizables) y la copa menstrual.
Cabe señalar que el estudio se realizó con productos menstruales que se venden en España y del mercado nacional de dicho país, pero los expertos apuntaron a que se trata de un problema general.
“Todos los productos analizados tenían niveles detectables de algunos de estos compuestos, demostrando que este es un problema general y no de una marca en concreto“, explicaron Lara Cioni y Ethel Eljarrat, investigadoras del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA – CSIC) y autoras del estudio, en un artículo para The Conversation.
Compuestos tóxicos en productos menstruales
En el caso de plastificantes alternativos, los productos donde hubo niveles más altos fueron las toallas higiénicas y protectores diarios, con niveles de hasta 60,7 microgramos por producto.
Por otro lado, los niveles más altos de ftalatos y ésteres organofosforados se detectaron en calzones menstruales y compresas de tela, con niveles de hasta 1152 microgramos por producto de ftalatos y hasta 96,5 microgramos por producto de ésteres.
“Muchos estudios han demostrado que la exposición diaria y continuada a pequeñas dosis de algunos ftalatos y algunos ésteres organofosforados puede tener efectos dañinos sobre la salud humana”, plantean las expertas.
Entre estos efectos puede haber disrupción endocrina (disfunciones hormonales), alteraciones en el sistema inmunitario y cáncer. Mientras que en el caso de los plastificantes alternativos, la información es más limitada, pero el estudio señala que también podrían tener propiedades tóxicas.
Además, “los productos menstruales se utilizan en contacto directo con la piel, y la piel de la vulva y la vagina tiene una capacidad de absorber pequeñas moléculas, como los plastificantes, más alta que en otras zonas de nuestro cuerpo”, señalan.
En el estudio también analizaron el envoltorio de los productos de un solo uso y su impacto ambiental, donde detectaron varios plastificantes.
“Estos compuestos químicos se pueden liberar al medio ambiente durante el lavado de los productos reutilizables o al desechar los de un solo uso”, dijeron las expertas.
En este caso, las toallas higiénicas, los protectores diarios y los tampones fueron los que tienen más impacto en el medio ambiente, con niveles totales de plastificantes de hasta 90,7 microgramos por producto. La copita menstrual fue el producto con menor impacto ambiental.
“Una vez en el medio, estos plastificantes pueden acumularse en los seres vivos y provocarles efectos nocivos. Asimismo, esta contaminación también acaba afectando a los seres humanos, por ejemplo, cuando ingerimos alimentos contaminados, como el pescado”, advierten.
Referencias:
Lara Cioni, Júlia Calvo y Ethel Eljarrat. Plastic Additives in Single-Use and Reusable Menstrual Products: Potential Implications for Human Health and the Environment. Revista Environmental Science and Technology, 2025.