Muchas veces es indoloro, pero en ocasiones, te puede incluso llegar a generar lesiones morderse los labios, un trastorno casi inofensivo.
¿Cuántas veces al día te muerdes los labios? Se trata de una acción que puede denotar tensión o ansiedad, del cual muy pocas veces las personas son conscientes.
Es un hábito que se llama “Morsicatio Buccarum”, que a grandes rasgos consiste en morderte los labios o el interior de las mejillas. Si bien es inofensivo cuando es ocasional, puede transformarse en un peligro para la salud al ser frecuente.
Esto porque morderse estas partes de la boca constantemente, e incluso los dedos, puede ser un signo de “dermatofagia”, un trastorno nervioso que puede causar daño físico.
Morderse los labios: los síntomas en trastorno
Cuando el hábito de morderse los labios pasa a ser un trastorno nervioso se le denomina “Dermatofagia”. Según Psicología y Mente, suele asociarse con “personas con un temperamento más bien nervioso y/o ansioso; también se relaciona con estados o momentos de tensión y estrés. Además, presenta características del espectro obsesivo-compulsivo y de los trastornos del control de los impulsos.”
La causa de aquello es una consecuencia del estrés y reacciones para afrontar estos momentos, siendo las mordeduras de labios, mejillas o los dedos una especie de alivio.
El reforzamiento de este hábito hace que el cuerpo adopte estas conductas, propias de la dermatofagia, como una descarga ante la tensión que de está sufriendo.
Aunque otra posible causa es sencillamente, sentir dolor. Esto se relacionaría con que es una opción para combatir malas emociones, puesto que enfocarse en el dolor físico lo distrae del otro plano, siendo una conducta autolesiva.
Entre sus principales síntomas está la impulsividad, es decir, no poder resistir a la tentación de realizar una acción y obtener alivio y placer al realizarla. Eso puede ser incluso sin pensar en las consecuencias de ese actuar, lo que puede llevar a perder absolutamente el control, y en el caso de este trastorno generar daños físicos.
Otro de los síntomas que destaca el sitio es la ansiedad, indicando que quienes sufren este trastorno pueden tener episodios aislados donde comienzan a presionar los labios o la piel, aunque también puede ser una conducta dentro de un trastorno de ansiedad más global, como por ejemplo el Trastorno de Ansiedad Generalizada.
Finalmente, el tercer síntoma que destaca es “obsesiones y compulsiones”. El portal especifica que: “La dermatofagia también se ha relacionado con los Trastornos Obsesivo-Compulsivos (TOC) y relacionados (grupo de trastornos de nueva creación en el DSM-5). Sin embargo, realmente no pertenece a esta categoría dentro del manual, aunque quizás podríamos ubicarla en la subcategoría de “Otros TOC y relacionados especificados/no especificados” (donde se agrupan trastornos que no reúnen todas las pautas o criterios para poder diagnosticarse un TOC)”.
Cuando el trastorno es un problema
Aunque muchas veces puede ser un trastorno que no represente daños físicos importantes, sufrir de dermatofagia sí puede generarlos, incluso sangrar por las lesiones que se generan.
De acuerdo a The TLC Fundation, morderse constantemente el interior de las mejillas puede terminar en enrojecimiento y dolorosas llagas, que si pueden afectar la mucosa que reviste la mejilla creando una superficie irregular. Esto genera incluso que aumente la necesidad de morderse sólo para volver a sentir la mucosa lisa, lo que continúa dañando la zona.
En cuanto a los labios, apretarlos con los dientes implica tenerlos agrietados, secos, e incluso podrían llegar a tener mal olor.
Según señaló Yahoo!, esta acción “afectará al desarrollo óseo de toda la zona de la mandíbula; puede generar lesiones en la mucosa de la boca y úlceras en los labios”.
En casos extremos podría generar fibromas orales, es decir, cicatrices causadas por la irritación persistente en la boca o “mucoceles” que son quistes de retención que se ocasionan por morder o succionar los labios. También las personas pueden morderse compulsivamente los dedos, generando lesiones importantes.
Las soluciones
Algo común en quienes padecen este trastorno es que no les causa mayor problema las conductas que realizando, por lo mismo, existe mínima literatura médica al respecto. De acuerdo a los dermatólogos psicosomáticos, Michael Scott Jr y Michael Scott III “No es un trastorno extraño pese a la escasez de casos” añadiendo “Rara vez se menciona en los textos de estudio” consignó Vice.
Aunque hay algo en lo que todos los expertos están de acuerdo, tratar este trastorno no tiene que ver sólo con un tratamiento físico para las lesiones que pueden aparecer, sino que también es de terapia psicológica, puesto que ambos van de la mano.
Según señala Psicología y Mente “El tratamiento psicológico de la dermatofagia se centrará en buscar conductas alternativas e incompatibles con morderse la piel” añadiendo que lo conductual apoyaría lo primero al utilizar técnicas que permitan la eliminación de estas acciones.
También destaca que el procedimiento a este trastorno implica psicoeducación, para aplicar en momentos de estrés, así como también el uso de fármacos para paliar los síntomas ansiosos o depresivos, siendo siempre una alternativa puntual de acuerdo al profesional que lleve el proceso.
Si bien es un proceso que puede ser a largo plazo, a través de una terapia se pueden conseguir cambios profundos y mejorar la salud afectada por este trastorno.