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Domingo 05 mayo de 2024 | 06:15

Un día antes y en la misma pista: la olvidada muerte de piloto de F1 que pudo salvar a Ayrton Senna

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Un día antes y en el mismo circuito que el legendario Ayrton Senna, un olvidado piloto murió tras impactar su monoplaza a 315 km/h: el austriaco Roland Ratzenberger.

El Gran Premio de San Marino 1994 de la Fórmula 1 es recordado porque, el domingo 1 de mayo, el brasileño Ayrton Senna estrelló su Williams-Renault en un fatal accidente.

Aquel día, el ‘Gran Circo’ perdió a uno de los pilotos más rápidos de la historia pero, solo un día antes, otro corredor falleció en el mismo circuito de Imola: el austriaco Roland Ratzenberger.

El europeo cumplía su primer año en el circuito -luego de varias temporadas en las competencias de resistencia- y, en su tercera carrera, su monoplaza Simtek se estrelló violentamente contra un muro de concreto.

Para muchos, la muerte de Roland fue una premonición de lo que pasaría con Senna un día después en la curva Tamburello, pero nadie la tomó en cuenta y hoy el nombre del austriaco se pierde en las sombras del malogrado y legendario piloto sudamericano.

“Su primera palabra fue auto”

Ratzenberger se enamoró de los motores desde muy pequeño, pero recién con 17 años empezó a competir en carreras de karting.

Según recordó su padre Rudolf, uno de los primeros recuerdos que tiene del pequeño Roland era que pasaba horas en la ventana de su casa en Salzburgo mirando pasar los vehículos.

“Su primera palabra fue auto”, dijo Ratzenberger padre, en entrevista con Motorsport.

En 1983, el piloto austriaco se aventuró en la Fórmula Ford de Alemania, donde compitió con Damon Hill, Frank Biela y Eric van de Poele, entre otros.

Rápidamente el oriundo de Salzburgo fue adquiriendo renombre en el circuito y, en 1986, protagonizó un épico duelo con el suizo Philippe Favre que le valió su primera gran victoria en el automovilismo.

Roland Ratzenberger en el equipo BMW de resistencia.
ARCHIVO | Motor

BMW puso sus ojos en el austriaco y lo fichó para correr el Mundial de Resistencia (Sport Prototipos) y el Campeonato Británico de Autos de Turismos (BTCC), al mismo tiempo que el piloto se aventuraba en Japón.

En Asia, tras crear vínculos con Toyota y convertirse en el primer europeo en firmar con la marca nipona, disputó la Fórmula 3, la Súper Fórmula, el Sport Prototipos y la Gran Turismo. Su carrera seguía en ascenso, pero él quería llegar a la categoría reina.

“No podíamos apoyarlo económicamente y nos preocupaba que tuviera un futuro decente. También conocíamos los riesgos, pero nunca temimos por su seguridad”, admitió Rudolf Ratzenberger.

Roland Ratzenberger, Michael Schumacher, Ayrton Senna

Según Motor, en 1991, cuando Roland ya residía en Japón, recibió un llamado de la debutante escudería Jordan, pero líos con un patrocinador nipón impidieron que el austriaco llegara al ‘Gran Circo’.

Andrea de Cesaris y Bertrand Gachot ocuparon los asientos titulares, pero cuando el segundo fue detenido por una pelea con un taxista, fue sustituido por un entonces desconocido Michael Schumacher.

Es decir, si la suerte hubiese estado del lado de Ratzenberger, el austriaco hubiese impedido el estreno del ‘Kaiser’ en la Fórmula 1. Fue recién en 1994 cuando Ronald consiguió el millonario auspicio que lo situó en la grilla de los mejores pilotos del mundo.

Cuando estaba a detalles de entrar a la F1 en 1994, Roland llamó a Salzburgo para hablar con sus padres. “¡No se preocupen! La Fórmula 1 es la categoría más segura que existe”, les contó el piloto.

La amiga del piloto austriaco, Barbara Behlau, le aportó los 500.000 dólares que le permitían disputar cinco Grandes Premios con el equipo Simtek: Brasil, Japón, San Marino, Mónaco y España.

El oriundo de Salzburgo no superó la ronda clasificatoria en Interlagos; fue undécimo en Okayama -una pista que conocía casi de memoria-; y, en Imola, un día antes de que muriera Ayrton Senna, se estrelló contra un muro a 315 km/h en la curva Gilles Villeneuve.

Imola, la asesina de San Marino

El Gran Premio de San Marino 1994 comenzó con problemas el día viernes, cuando Rubens Barrichello impactó su Jordan y acabó inconsciente y cabina abajo en la curva Variante Bassa de la pista de Imola.

Una fractura nasal y un esguince de brazo le impidieron al brasileño disputar la carrera, pero eso no detuvo las clasificaciones del sábado.

Ahí, tras romper su alerón delantero y perder el control de su vehículo a 315 km/h, Roland Ratzenberger se estrelló en la curva Gilles Villeneuve.

El destrozado monoplaza Simtek se detuvo al medio de la pista, mientras la cabeza del austriaco se mecía de un lado a otro.

Los padres de Ronald vieron la cruda imagen por televisión. “Al principio ni siquiera me di cuenta de que era él. Cuando se paró en la curva y vi el casco blanco y rojo de Roland y su cabeza moviéndose, supe que todo se acabó. Fue un momento terrible para mí”, recordó su padre Rudolf.

La causa del deceso del piloto fue una fractura de la base del cráneo, lo que hizo inútiles la rápida atención médica y el traslado en helicóptero del cuerpo del nacido en Salzburgo a un hospital de Bologna.

La muerte del austriaco remeció a toda la Fórmula 1, especialmente a Ayrton Senna. “Hasta llegó a llorar”, dijo Sid Watkins, amigo del legendario piloto brasileño.

Watkins incluso intentó convencer al sudamericano de no correr el domingo, invitándolo a pescar, pero él ya había pedido una bandera austriaca para su monoplaza y pensaba dedicar su triunfo del domingo a Roland.

Sin embargo, Ayrton jamás volvió a ver una bandera a cuadros.

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