Recientemente, la autoridad sanitaria española alerto de un aumento de productos para adelgazar adquiridos en el comercio ilegal, con consecuencias en la salud de las personas.

La realidad en nuestro país no es muy distinta, ya que cada cierto tiempo vemos a las autoridades e instituciones denunciar la venta ilegal de estos productos, como por ejemplo la autoridad sanitaria, aduanas o incluso el Sernac.

Hoy no existe ninguna fórmula para bajar de peso que no tenga consecuencias, si no es monitorizado por un equipo de salud competente con productos visados por la autoridad sanitaria.

De hecho, estos productos que contienen distintos compuestos naturales o sintéticos que se basan en distintos efectos como quemadores de grasa, reductores del apetito e hiperestimulantes, pueden generar efectos no deseados en personas que tengan enfermedades de base como hipertensión, aumentando la presión arterial, o como diabetes, incluso aumentando los niveles de glicemias, provocando descompensaciones.

También reacciones adversas a nivel gastrointestinal como vómitos o diarrea. Todos estos efectos pueden provocar que las personas deban asistir a un servicio de urgencias o incluso estar hospitalizadas. De hecho, hay casos reportados donde lamentablemente personas han perdido la vida.

Hay que estar atentos a los peligros, como por ejemplo el uso de productos naturales como agua de Jamaica, que, por su efecto diurético, la persona tiene la sensación de bajar de peso, pero finalmente pierde agua, y puede terminar perdiendo sus riñones.

En el comercio ilegal se encuentra la venta de sibutramina, que tiene una estructura similar a las anfetaminas, el que si es mal usado las personas pueden presentar como efectos neuro o cardiotóxicos.

Otro compuesto que se ha encontrado en el comercio ilegal es el semaglutide, lanzado a la fama por distintos influencers como un medicamento efectivo para bajar de peso, pero que ha sido un gran pilar para el manejo de la diabetes. Estos medicamentos vendidos fuera de un canal formal como las farmacias, nadie asegura que lo que venden corresponda al producto farmacéutico señalado y menos el efecto que se busca.

Nunca olvide consultar a profesionales de salud que tienen conocimiento de esto, como los médicos o químicos farmacéuticos. No solo se va a ahorrar pasar un mal rato, sino que también cuidara de su salud.

Por Francisco Álvarez
Académico Química y Farmacia U. Andrés Bello

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