¿Por qué Chile se ubica como el segundo país en Latinoamérica y el tercero de la OCDE con mayor tasa de desempleo? ¿Por qué los ingresos reales per cápita de familias de clase trabajadora desde antes del estallido social se han estancado?

Las responsabilidades en la crisis de empleo son compartidas: por un lado, causas estructurales y, por otra, la actuación del actual Gobierno.

El bajo dinamismo, estancamiento y obstáculos burocráticos que afectan la búsqueda de empleo y la generación de nuevos puestos de trabajo están dentro de las principales causas hace ya varios años. Sin embargo, el Gobierno del presidente Gabriel Boric ha incrementado los costos laborales cerca de un 7,8% en 12 meses, según el INE, sin impulsar, en paralelo, un crecimiento económico suficiente que permita al mercado absorber dichos costos.

Malas políticas públicas y bajo crecimiento

Hay diferentes causas que explican los pésimos resultados del país en términos de empleo. Las malas políticas públicas y declaraciones de este Gobierno y de administraciones anteriores han condenado a Chile a un bajo crecimiento económico en los últimos 10 años, el cual está lejos de superarse. La proyección de crecimiento económico para Chile en comparación con el resto de los países de la región también resulta baja: según las estimaciones del FMI, el país ocupa el décimo lugar en el ranking de mayor a menor crecimiento esperado para 2025.

Además, el actual Gobierno ha tenido una fijación excesiva en aumentar los costos laborales con reformas como la disminución de la jornada laboral (Ley 40 horas), el aumento sostenido del sueldo mínimo y leyes que aumentan los costos operativos de pequeñas y medianas empresas (como la Ley Karin y la reforma de pensiones). Esto ha contribuido a que, junto a insuficientes cambios en la productividad, el trabajo sea mucho más caro.

Esto confirma las conclusiones del economista del Partido Socialista, Oscar Landerretche, quien menciona que “básicamente no han aumentado los ingresos reales per cápita de familias de clase trabajadora en 5 años y 10 meses” y las proyecciones futuras no son prometedoras.

El estancamiento laboral está lejos de superarse, ya que el actual Gobierno dejó anclado aumentos en el costo laboral futuro con la gradualidad de la ley de 40 horas y, además, la candidata del oficialismo, Jeannette Jara, propone aumentar el sueldo mínimo a 750 mil pesos sin dejarlo enlazado a un aumento de la producción del país.

Resulta paradójico que un Gobierno declarado feminista y con el presidente de menor edad de la historia, haya afectado tanto a las mujeres y jóvenes en términos laborales. En el último año, el desempleo femenino ha alcanzado un altísimo 9.7% y el encarecimiento del trabajo acompañado de una ralentización en la productividad, provoca escasos incentivos para nuevas contrataciones y la creación de nuevos puestos de trabajo.

Esto podría eventualmente llevar a presiones al alza del empleo informal, aumento de los cesantes o que las nuevas generaciones no sean capaces de encontrar empleo una vez ingresen al mercado laboral.

Necesidad de un giro en políticas laborales

Es necesario que el próximo Gobierno haga un giro en la materia y cambie el rumbo de los malos resultados conseguidos en estos últimos años. Es indispensable volver a generar confianza en el mercado nacional.

Si con la candidata Jeannette Jara se repite el mismo libreto de este Gobierno, centrado únicamente en elevar los costos laborales, sin impulsar reformas concretas orientadas al crecimiento de la producción y la productividad y, en consecuencia, al crecimiento económico, el mercado laboral seguirá totalmente estancado lo que termina afectando directamente en las personas.

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