Recordemos aquel célebre discurso en el que Sir Winston Churchill prometía “sangre, esfuerzo, sudor y lágrimas” al Parlamento en 1940. Imposible olvidar la escena revivida con magistral intensidad por Gary Oldman en “Darkest Hour”. Un momento histórico, cargado de tensión y determinación.

Ahora imaginemos, solo por un instante, que Churchill hubiera querido llegar al Palacio de Westminster en uno de esos flamantes e-scooters que hoy salpican nuestras ciudades. La escena sería harto menos solemne: Sir Winston estacionando apresuradamente su patineta en la vereda, porque desde 2021 están “prohibidos” dentro del Parlamento británico. No por cuestiones de etiqueta o tradición —aunque eso no se descarta—, sino por un motivo más prosaico: riesgo de incendio.

La Autoridad de Transporte de Londres, alarmada por el aumento de siniestros vinculados a scooters y bicicletas eléctricas, vetó su acceso al transporte público y a recintos oficiales.

A su vez los Bomberos de Londres encendieron la alarma: incendios provocados por baterías de litio defectuosas han dejado víctimas fatales por inhalación de gases tóxicos, además de numerosos quemados. Nada que uno quisiera en una jornada laboral.

En 2024, la Government Property Agency elevó el nivel de precaución: patinetas y bicicletas eléctricas modificadas, ni pensar en llevarlas a oficinas gubernamentales. Tampoco se permite su carga eléctrica ni almacenamiento en espacios cerrados o en subterráneos. ¿La razón? Las baterías pueden explotar. Literalmente.

La Gran Manzana también arde

La precaución británica no es un delirio aislado. En Nueva York, el Departamento de Bomberos ha implementado medidas similares. El Código de Incendios limita la cantidad de dispositivos de micromovilidad por recinto y prohíbe su uso en edificios de oficinas, salvo para personas con discapacidad. Lo que comenzó como una revolución verde, avanza con paso firme hacia un escenario más… inflamable.

¿Por qué arden?

Las baterías de iones de litio, tan eficientes como inestables, pueden sobrecalentarse y desencadenar incendios violentos. Entonces liberan gases tóxicos y alcanzan temperaturas extremas, difíciles de controlar incluso para cuerpos de bomberos entrenados.

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Recomendaciones para uso seguro de baterías de Litio (porque no todo está perdido)

1. No ingresar al transporte público con scooters, bicicletas, hoverboard, motocicletas, ni cualquier otra micromovilidad que tenga baterías de litio.

2. Leer los manuales del fabricante y actuar en consecuencia.

3. Usar únicamente cargadores y baterías certificados.

4. Evitar la carga excesiva o simultánea de dispositivos.

5. Mantener las baterías alejadas de fuentes de calor, líquidos y niños curiosos.

6. No almacenar ni cargar dispositivos cerca de salidas de emergencia, ni salidas en general.

7. En caso de detectar olores, deformaciones, fugas o humo: dejar de usar inmediatamente.

8. No almacenar más de 5 dispositivos en un recinto cerrado sin tomar resguardos técnicos profesionales contra incendios (sensores de llama/humo, sprinklers, etc.).

9. Y si ya es demasiado tarde, no intentar luchar contra este nuevo monstruo: dar inmediatamente la alarma, evacuar y pedir ayuda de Bomberos.

Epílogo

No se trata de demonizar la micromovilidad. Scooters y bicicletas eléctricas llegaron para quedarse. Pero, como todo avance tecnológico, requieren normas claras, conciencia y responsabilidad. Porque aunque Churchill no necesitó una batería de litio para cambiar el curso de la historia, nosotros sí necesitaremos sentido común y disciplina para evitar que se nos incendie el futuro.

Daniel Cifuentes
Ingeniero Civil Químico

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