Señor Director:
Luego de ver el debate de las primarias y el debate de ENELA, quedé sorprendida con la capacidad de no responder que tienen los candidatos (o, en el caso de Matthei, de ni siquiera molestarse por ir). Esto claramente es un síntoma que responde a algo mucho mayor: no hay claridad alguna en lo que se cree ni sobre lo que se quiere hacer.
Carolina Tohá se quedó en el pasado y no se hace cargo de que, en su trabajo como ministra, no se resolvió el problema de la seguridad.
Cuando a Jeanette Jara le preguntan por el desarrollo económico, responde con una típica respuesta que apunta a la economía hacia adentro, cosa que mil veces ha fallado en el mundo.
A Jaime Mullet, con su plumazo, no se le entiende nada y, en el debate de ENELA, fue realmente impresionante cómo no dijo nada concreto.
Gonzalo Winter se atreve a prometer que va a condonar el CAE como si fuese algo nuevo y hace una franja en japonés sin ningún contenido que, además, está dirigida a un público extremadamente limitado (cosa que nos deja ver en la burbuja en que viven), además, tampoco hace alusión alguna al caso Convenios.
Matthei y Evelyn son dos personas distintas según el voto que quiere conquistar y, más encima, da la impresión que la mantienen encerrada con el propósito de que no siga perdiendo votos.
José Antonio Kast tiene un montón de planes de nombres pegadizos, pero cuando tiene que explicarlos se toma más minutos de los acordados para no decir nada más allá de mensajes emocionales.
Y Johannes Kaiser jura a pies juntillas que es libertario, cuando habla de la patria como un UDI tradicional que, además, posee un discurso repleto de datos inexactos (de los que, por supuesto, nunca se hace cargo).
En todas las elecciones nos vemos enfrentados a votar por el mal menor, pero es la primera vez que no estoy segura de cuál es ese. A estas alturas, lo único que deseo es que alguien diga algo, que alguien responda alguna pregunta, que alguien piense y nos muestre que entiende lo que está pasando. Pero, lamentablemente, ningún candidato cree que los chilenos somos capaces de entender o, peor aún, existe la posibilidad de que ningún candidato entienda lo que está pasando.
Como candidata a doctora en filosofía, creo que el problema esencial es que nadie se ha sentado a pensar, sino que todos buscan un discurso breve que quepa en un reel de Instagram, nadie quiere ahondar en lo que pasa, ni mucho menos, enfrentarse a las contradicciones que, naturalmente, cualquier línea de pensamiento posee.
La falta de doctrina que posee el Frente Amplio ha hecho metástasis en toda la política y, por eso, es que no sabemos si el resto de los partidos va a apoyar a Jara si gana las primarias; por eso hay tres derechas y, la que creíamos más de centro, salió a defender la dictadura y la pena de muerte; por eso los libertarios no defienden el aborto; y por eso el candidato más católico pone la otra mejilla a punta de disparos.
Parece que todos son enemigos de lo malo y amigos de lo bueno y yo me pregunto: ¿Qué significa votar si este es el nivel de los candidatos?, ¿estamos realmente decidiendo algo o, en realidad, nos están pidiendo un cheque en blanco?
Cristina Pastén Peña
Candidata a doctora en Filosofía, Universidad de Heidelberg, Alemania.
Magíster en Filosofía, Universidad Alberto Hurtado
Psicóloga, Universidad de Chile
