Apostar tanto por las industrias creativas como por el turismo creativo, entendido como una experiencia integral, invita al mundo público y privado a explorar sinergias y a ir más allá del entretenimiento.

Emplazada entre cordillera y mar, la Región de O’Higgins enfrenta un desafío interesante y que fue abordado durante el encuentro “CircuitOH!”: ¿cómo aprovechar su riqueza natural y cultural para consolidarse como un destino turístico creativo? Aunque la respuesta no es única, lo que sí es evidente es el enorme potencial de la zona y el rol que cumplen el turismo y las industrias creativas en la promoción de un desarrollo sostenible.

El Festival REC (Rock en Conce), presentado como caso de éxito en el encuentro que se llevó a cabo entre el Valle de Colchagua y la comuna de Navidad, es un ejemplo iluminador acerca de cómo el turismo y las industrias creativas pueden potenciar territorios y ayudar a revitalizar tanto la oferta cultural como la economía local, de la mano de una colaboración cercana entre actores del sector público y privado. Así, surge una nueva pregunta: ¿podría generarse un evento de esta envergadura en la Región de O’Higgins, conectando a las personas, de costa a valle, en una sinfonía de cultura, deporte y enoturismo?

Lee también...
REC 2025: "Conce lo entendió todo" Jueves 20 Marzo, 2025 | 13:32

Si bien, por ahora, la respuesta a dicha pregunta quedará abierta, lo cierto es que los grandes eventos cumplen un papel crucial en el crecimiento de los emprendimientos dinámicos, recordándonos que no solo actúan como catalizadores para la cultura, sino también para la economía. De esta manera, esta clase de eventos, se posicionan como un agente movilizador del emprendimiento y, por ende, del progreso de las personas, las empresas y las comunidades, un circuito virtuoso que también promovemos desde Santander y que nos llevó a ser parte de REC 2025.

Apostar tanto por las industrias creativas como por el turismo creativo, entendido como una experiencia integral, invita al mundo público y privado a explorar sinergias y a ir más allá del entretenimiento, aportando innovación y diversificación en la oferta turística, aunque sin perder nunca de vista la identidad local.

En el caso de la Región de O’Higgins, y al pensar en su posicionamiento como un destino turístico creativo, entra también en juego la conexión costa-mar, que hace referencia a la complementariedad entre el dinamismo deportivo de la costa y el atractivo del turismo vitivinícola del Valle de Colchagua, y que emerge como un activo a explotar por los emprendedores de la zona.

CircuitOH! nos desafió a pensar en grande, a visualizar cómo conectar territorios y construir un futuro donde la creatividad sea el eje del desarrollo. Y es que la Región de O’Higgins tiene todos los ingredientes para convertirse en un referente del turismo creativo, solo falta que todos los actores, ya sean del mundo público, privado y comunitario, se unan en torno a esta visión y se pongan manos a la obra.

Nuestra sección de OPINIÓN es un espacio abierto, por lo que el contenido vertido en esta columna es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial de BioBioChile