El mundo sigue buscando curas contra el cáncer, la enfermedad que es foco de investigaciones científicas a nivel internacional. Al mismo tiempo, los médicos se atreven cada vez más a aplicar nuevos tratamientos y, por sobre todo, los pacientes quieren opciones eficaces para vencer esta enfermedad y continuar sus vidas. El último avance médico es células CAR-T, un proceso que consiste en recolectar linfocitos “T”, los que son modificados genéticamente.

Una de las terapias que se podría implementar en Chile a través de los ensayos que se realizan en las universidades, es la que utiliza células CAR-T, proceso que consiste en recolectar linfocitos “T” de los pacientes -un tipo de glóbulos blancos-, los que son modificados genéticamente. Así, estas células luego son transferidas a la persona enferma, con el objetivo de que reconozcan y ataquen a las cédulas cancerosas, con el fin de sanarse.

Algunos de los primeros estudios sobre la materia fueron publicados en 2012 por el investigador Carl June, quien tuvo resultados positivos en un paciente adulto y una niña de apenas siete años que sufría de leucemia. Normalmente, los menores de edad diagnosticados con este tipo de patología tienen entre un 85% y un 90% de probabilidades de curarse; sin embargo, ella recayó dos veces. La leucemia se hizo resistente al tratamiento y sus médicos agotaron todas las opciones terapéuticas hasta llegar al tratamiento CAR-T.

El interés por estas innovaciones se ha ido expandiendo. La agencia regulatoria de Estados Unidos (Food and Drug Administration, en sus siglas en inglés) entregó autorizaciones para aplicar este tratamiento a partir de 2017 en diversos países. La institución la aprobó como terapia de segunda línea para pacientes con linfoma difuso. A pesar de las enormes ventajas clínicas del tratamiento con células “T”, siguen existiendo dificultades logísticas, de accesibilidad y alto costo.

Aunque históricamente los valores de las terapias contra el cáncer han sido elevados, la carga financiera para los usuarios de la terapia CAR-T pueden ser significativamente mayores. Hoy el valor del tratamiento en EE.UU. oscila entre los US$ 350 mil y los US$ 450 mil. Y si se contabilizan los otros gastos -hospitalizaciones y los aranceles adicionales relacionados con las sucesivas visitas al médico, los análisis y los cuidadores- el valor puede llegar a casi un millón de dólares.

Luego de una década del primer paciente que usó este tratamiento y a cinco años de su aprobación en EE.UU. y Europa, esta terapia aún no existe en nuestro país.

La pregunta que surge es: ¿Cuándo estará disponible en Chile? Ese es el trabajo que está llevando adelante el centro de excelencia IMPACT, para hacerlo accesible en breve plazo.

Según proyecciones de nuestros investigadores, en el sistema privado de salud, anualmente existirían entre 50 a 70 pacientes con leucemias linfoblásticas agudas y
linfomas y alrededor de 40 pacientes con mieloma múltiple que serían candidatos a este tipo de terapia. Esto podría ser hasta 4 a 5 veces mayor en el sistema público.

Una solución urgente de implementar en el sistema sanitario nacional y dar a los pacientes una opción más que les permita intentar sanarse.

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