"Reactivar el aprendizaje y el bienestar de las y los estudiantes y de las comunidades educativas debe ser una causa país. Esta tarea no se puede reducir únicamente a la idea de recuperar lo perdido. Más que volver atrás, debemos iniciar un camino hacia una nueva forma de construir calidad educativa, impulsando prácticas como las que nos muestran las experiencias que hemos recopilado".

Desde hace más de una década, los resultados tanto en aprendizajes como en equidad se mantienen estancados en pruebas nacionales e internacionales. En base a la abundante evidencia sobre la contribución de la innovación en sistemas educativos que mejoran, estamos convencidos de que, para salir del estancamiento, la innovación educativa es un pilar fundamental. No podemos seguir haciendo más de lo mismo.

Por esta razón, como Centro de Innovación del Mineduc nos hemos propuesto rescatar, impulsar y multiplicar iniciativas o acciones que sistemática y creativamente resuelvan los desafíos reales, favoreciendo la construcción de aprendizajes significativos e integrales.

Les pongo un ejemplo que conocí: en el Liceo América de Los Andes hay una profesora de Lenguaje que hace seis años estuvo a punto de abandonar la docencia porque sentía que, en términos pedagógicos, se había levantado un “muro infranqueable” entre ella y sus estudiantes. El problema se agravaba porque su establecimiento estaba al borde del cierre, por la falta de matrículas.

Pero gracias a una articulación público-privada y al convencimiento del equipo directivo y docente, el liceo inició un camino de transformación, aplicando metodologías activas de aprendizaje donde las y los estudiantes son protagonistas del mejoramiento de la comuna desde su propio establecimiento. Esto los llevó a mejorar drásticamente su matrícula, asistencia, resultados de aprendizaje y tasa de ingreso a la educación superior. Hoy la profesora cuenta con orgullo esta experiencia y nos interpela a multiplicarla en todo el país.

Esto se llama innovación y como Mineduc reconocemos su importancia, no solo para reactivar al sistema educativo, sino que también para construir la sociedad chilena del siglo XXI. Por eso hemos formado la Red de Innovación para la Transformación Educativa, que reúne los cientos de ejemplos de todo el país que, tal como el liceo de Los Andes, muestran el potencial transformador de la educación.

Equipos docentes que han integrado el aspecto socioemocional en su currículum, comunas que han coordinado a sus diferentes servicios y apoyos para asegurar las trayectorias educativas de sus estudiantes, o establecimientos que han articulado los aprendizajes para resolver problemas de su entorno, son ejemplos de cómo mediante la colaboración y la creatividad se puede impactar en el desarrollo de las trayectorias de los estudiantes.

Reactivar el aprendizaje y el bienestar de las y los estudiantes y de las comunidades educativas debe ser una causa país. Esta tarea no se puede reducir únicamente a la idea de recuperar lo perdido. Más que volver atrás, debemos iniciar un camino hacia una nueva forma de construir calidad educativa, impulsando prácticas como las que nos muestran las experiencias que hemos recopilado.

Como sociedad, hemos construido un consenso sobre la necesidad de asegurar una “educación de calidad” amplia e integral, que incorpore aspectos individuales y sociales y que ponga foco en el aprendizaje permanente de las personas. La construcción de calidad educativa es más importante que nunca y debe abordarse desde una mirada ambiciosa e integral respecto al aprendizaje de los estudiantes. Debemos entender que no habrá un mejor momento que este para atreverse a soñar con un sistema educativo en el que niñas, niños y jóvenes desplieguen todo su potencial.

Nuestra sección de OPINIÓN es un espacio abierto, por lo que el contenido vertido en esta columna es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial de BioBioChile