La infidelidad es una de las principales causales de ruptura en las relaciones de pareja, y también es considerada como una de las tragedias más complejas que puede experimentar el ser humano, ya que manifiesta una ruptura de los valores y compromisos adquiridos con otra persona.

La psicología recoge esta problemática teorizándola principalmente dentro de la dimensión vincular y afectiva, por las profundas implicancias emocionales y pragmáticas que puede conllevar, siendo estudiada y vista como una conducta compulsiva desde lo psicopatológico, pero lo esencial del análisis recae en la insatisfacción dentro de la dinámica que experimenta una pareja.

La sugerencia respecto a cómo enfrentar esta situación y qué decisiones tomar, deben estar construidas en el espacio terapéutico. Es importante guiarse por profesionales que puedan generar soluciones específicas para cada pareja, ya que cada una tiene sus propias normas, reglas, acuerdos y cultura.

Por otra parte, un ser humano que ha vivido o está viviendo una infidelidad debe acercarse a personas con las cuales tenga una relación afectiva estrecha, que sean capaces de acompañar y contener. Finalmente, una estrategia que se puede sugerir es poner atención a no tener conductas evitativas, no culparse, y por sobre todo, dada la complejidad subjetiva del conflicto, y dependiendo de las circunstancias, poder acceder a una terapia de pareja.

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