La situación vivida anoche por decenas de miles de personas en el Estadio Nacional, en el concierto de Daddy Yankee, debe traer a la reflexión aspectos que van más allá de la falta de seguridad, de la responsabilidad de la productora o de los desaciertos en la coordinación. Lo del martes denota aquel nuevo triunfo del ‘vivo’, del mal llamado ganador, del ‘pillo’ con aires de héroe.

Es una victoria de aquel que se solaza de acciones sumamente repudiables que relata con aires casi de superioridad, como si pasar por encima de los demás fuera algo digno de un premio, o de un aplauso cerrado de parte del resto, porque “el mundo es para los vivarachos”.

Para la académica Marianne Cottin, PhD en Psicoterapia y docente de la escuela de Psicología de la Universidad Finis Terrae, se trata de conductas narcisistas de personas que sienten que ellos “tienen derecho a todo”, aún cuando sea por las malas.

“Las personas que tienden a hacer esto tienden a ser ‘antagonistas’, y estos rasgos de la personalidad se van desarrollando hasta la adultez, posiblemente sean personas impulsivas, personalidades narcisistas, en el sentido de pensar que ‘Yo me merezco esto’. Esto porque se mezcla con actitudes más morales, entonces como es injusto, ‘yo me merezco otro nivel"”, explica.

“Los rasgos narcisistas han ido aumentando a través de los años, no sólo en Chile, sino que en las generaciones en el mundo. Esto básicamente por las redes sociales, el mundo online, de mostrar mi vida o unos aspectos. Entonces contribuye el momento histórico a esto”, añade.

En el fondo, hay que llevar el análisis de la docente a una pregunta esencial que muchos se hacen: “¿Y por qué no?”. Así se ha visto por años con temas como colusiones, desfalcos en fuerzas armadas, evasiones tributarias, boletas ideológicamente falsas y otros casos.

Entonces si aquello ocurre dentro de las grandes esferas de poder en Chile “¿Por qué yo no puedo hacerlo a menor escala?”.

En el fondo, lo de ayer fue la victoria del mismo que si tiene la opción de engañar al vendedor del negocio de la esquina con un vuelto en monedas, lo hace; de aquel que si puede evitar devolver un dinero prestado a un amigo, lo lleva a cabo, y, para peor, se siente ofendido si la otra persona se lo cobra.

Es un triunfo de aquel que no puede soportar un taco en una avenida, sino que utiliza las vías exclusivas para avanzar a su ritmo, poniendo a otros en riesgo, porque es “vivo y tiene la razón”; o de ese jefe que hace propias las ideas de sus funcionarios, dejándose el crédito final. Porque al final del día: “¿Por qué no?”

Y lo que es más penoso aún, es un nuevo golpe de esos que por siempre se han aprovechado de los individuos que en Chile conocemos como ‘pavos’, esos a quienes de manera ignorante y ofensiva se les atribuyen valores como la decencia, el hacer las cosas por las vías correctas o no hacer trampa. Es decir, quienes sí compraron sus entradas para un concierto.

¿Otra forma de luchar?

Durante el mediodía Alfredo Alonso, director de la productora Bizarro, lanzó una declaración muy concreta durante un punto de prensa sobre los incidentes: “En Chile se entiende que pasamos por un Estallido Social, con necesidades válidas, pero esta gente se está aprovechando de eso para hacer delincuencia”.

Es probable que lo señalado por el músico del grupo Aleste tenga relación a las situaciones de evasiones que se dieron en el Metro de Santiago hacia octubre de 2019, protagonizadas por estudiantes secundarios bajo el lema: “Evadir, no pagar, otra forma de luchar”.

Aquellos hechos, en su minuto, fueron incluso valorados por personeros que actualmente ocupan cargos ministeriales en el gobierno, lo que hace compleja la tarea de rechazar de forma tajante lo ocurrido.

Lo cierto es que la delegada presidencial de la región Metropolitana, Constanza Martínez, ya dio luz verde al segundo concierto de Daddy Yankee, con el compromiso de mejorar la seguridad en los accesos al Estadio Nacional.

Bastante temor debe existir en el entorno de asistentes, productora y autoridades por lo que pueda ocurrir esta tarde. De más está decir que, en caso de repetir un bochorno como el del martes, el tercer show corre serio riesgo de ser cancelado.

Y cuidado con el futuro, porque el calendario de conciertos y actividades no se detiene en Chile. Es más, en el futuro inmediato se viene un desafío que puede suponer otro dolor de cabeza: Bad Bunny en el Estadio Nacional, los días 28 y 29 de octubre.

Sumemos a eso Primavera Sound, el Festival de Viña del Mar y el próximo Lollapalooza. El desafío es enorme y no admite más equivocaciones.

El tiempo corre para hacer un mejor trabajo, y dejar a los ‘vivarachos’ de siempre fuera, de una vez por todas.

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