Hace algunas semanas el Gobierno, a través del ministerio de Economía, dio a conocer su plan para que en un plazo de 6 años, un 40% de los miembros de cada directorio de las grandes empresas fiscalizadas por la Comisión del Mercado Financiero en Chile sean mujeres, esto como parte de sus esfuerzos por disminuir las brechas de género en participación laboral, salarial y acceso a cargos de alta responsabilidad en las jefaturas y donde, de acuerdo con el más reciente reporte del Ministerio de la Mujer y la Fundación ChileMujeres, ellas sólo alcanzaban a un 12,7% del total de los directorios y un 47% de las organizaciones no cuentan en absoluto con participación femenina en estos roles.

La estrategia, que tiene presupuestada una meta intermedia de llegar a un 20% de aquí al 2025 -y excluye a las firmas de menor tamaño o MiPyme- fue fijada siguiendo la experiencia internacional, específicamente el caso de la Comisión Europea, que anunció en junio que impondrá una cuota a los Estados Miembro para que a fines de al mismo período del 2026 las mujeres ocupen al menos el 40% de los sillones de los directorios e impondrá un sistema de penalizaciones que sea punitivo con las empresas que no alcancen estas cuotas.

Si bien estos esfuerzos representan un paso más que necesario para alcanzar una paridad ya avanzado el siglo XXI, el porcentaje de mujeres en los directorios a nivel mundial esté alejado del 50% y que en Chile sólo alcance a 1 de cada 10 directores, como reveló el Tercer reporte de indicadores de género en las empresas en Chile.

Desde las organizaciones debemos apelar al sector privado para que sean espacios abiertos y de encuentro, donde cohabiten la diversidad, la equidad y la inclusión. Ello, una vez ejecutado y asimilado por cada uno de los componentes, se verá resaltado en acciones cotidianas, dando como resultado una nueva orientación en las prioridades y reflejado en ganancias para el colectivo.

En Thoughtworks, esperamos que junto a la industria en general reflejemos la diversidad del mundo que nos rodea y, siguiendo con esta línea de acción, desde 2020 un 60% de nuestros colaboradores en el equipo de Liderazgo Ejecutivo Global corresponde a mujeres y minorías de género subrepresentadas y estimamos que este año, lleguen a ser un 40 por ciento del total de nuestros thoughtworkers.

Por ello es que creemos sumamente importante nuestro compromiso sobre las cuotas de inclusión, ya que, sin hechos concretos, los cambios quedan en meras declaraciones de intenciones y creemos que estas medidas van encaminadas hacia lo que consideramos correcto.

Esperamos que la inclusión no sea sólo un tema para el debate, sino que además debe ser considerado como uno de los pilares de las organizaciones y una hoja de ruta para que podamos guiar nuestra forma de ver y ejecutar nuestras acciones.

Avanzar en esta línea no solo significa un paso gigante en la inclusión laboral, sino que además nos permite ver el mundo desde otras perspectivas. Sólo así podremos elevar nuestras miradas, alcanzar un impacto más allá de nuestra propia gente y poder avanzar rumbo a un futuro donde las empresas estén socialmente integradas con el entorno que los rodea

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