Hay una alta tendencia en Chile de emprendimientos que se dedican a reciclar y a producir productos pequeños, que no logran generar un impacto importante en los volúmenes reales de residuos que tenemos hoy en nuestro país.

Más allá de su importante labor y que muchos podrían decir que sus emprendimientos lograrán hacer la diferencia, creemos que debemos pensar en grande y diseñar productos y servicios en base al reciclaje en gran escala, y que en el corto plazo logren marcan un hito en la recuperación de un residuo.

De acuerdo al 2° Estudio de Reciclaje de los Plásticos en Chile, desarrollado por la Asociación de Industriales del Plástico (ASIPLA), en Chile el año 2020 solo se reutilizó un 9,6% del plástico, dejando un margen en los vertederos de 965.000 toneladas de plástico sin recuperar. Si este plástico se transformara en bisutería deberíamos realizar 96 mil millones de piezas, lo que se traduciría en que cada chileno debería producir más de 6000 por año ¿Entienden lo absurdo?

Si revisamos otros ejemplos como el aluminio o el vidrio, las cifras son un poco mejores, pero no logramos recuperar ni un tercio del material desde el emprendimiento para dar una solución real.

Frente a estos datos alarmante podemos recurrir a modelos de escalabilidad que nos presenta el mercado, como son las grandes fábricas de productos reciclados o la creación de múltiples hub de producción de productos que en su conjunto logren aumentar los volúmenes sin los costos logísticos que acarrea trasladar la materia prima en un país tan extenso como Chile.

Muchas veces pensamos que existe un solo modelo para escalar. Encontrar un producto de consumo masivo sin diferenciación y crear una gran fábrica para procesar grandes cantidades de materiales. Este modelo ha sido y está siendo exitoso para algunos tipos de negocios sustentables, como el hilado o los paneles aislantes de ropa reciclada y los productos de papel reciclado.

El futuro es territorial

Los nuevos modelos impulsan la creación de centros locales de reciclaje de los residuos, que acercan las materias primas a la transformación, disminuyendo los costos de la logística de la recolección y haciendo el modelo más sostenible económicamente y ambientalmente, disminuyendo los costos de implementación con maquinarias más pequeñas y permitiendo un escalamiento más rápido y sobre todo creando soluciones relevantes para la zona donde se implementan, respondiendo a los desafíos de la comunidad de una forma cercana y eficiente.

Estos modelo que conocemos comúnmente como cooperativas ya funcionan en la agricultura o en la producción de alimentos, como las cooperativas de leche, donde cada uno aporta con las producciones en su espacio, con costos más reducidos y más cerca de su cliente, conociéndolo mejor y pudiendo entregar una solución más cercana a las necesidades.

Creemos una comunidad de emprendedores que se haga cargo de manera real de los volúmenes de residuos que se producen hoy día, pensando en marcar una diferencia desde Chile en el emprendimiento sustentable, respondiendo a los desafíos del territorio con materias primas de forma local y sin llenar nuestros rellenos sanitarios de basura.

Mattia Carenini, COO Matter Of Trust Chile.

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