Cada 18 de junio se conmemora internacionalmente el Día Mundial del Orgullo Autista, condición que la Organización Mundial de la Salud (OMS) denomina también como Trastorno del Espectro Autista, el cual constituye un grupo de afecciones diversas relacionadas con el desarrollo del cerebro, en el que se produce algún grado de dificultad en la comunicación social y comportamientos restringidos y repetitivos.

La OMS señala que las necesidades de las personas con autismo varían y pueden evolucionar con el tiempo. Aunque algunas pueden vivir de manera independiente, hay otras con discapacidades graves que necesitan constante atención y apoyo durante toda su vida.

Es muy importante la atención e intervención temprana para los niños con este diagnóstico, pues a través de las variadas intervenciones podemos optimizar y apoyar su desarrollo.

Es imprescindible educar, realizar derivaciones a profesionales correspondientes, escuchar y acompañar a las familias en el proceso de aceptación del diagnóstico, así como en la intervención, con la finalidad de poder contribuir de manera óptima en su calidad de vida.

Asimismo, la atención a las personas con autismo debe ir acompañada de medidas en el ámbito comunitario y social para lograr mayor accesibilidad, inclusividad y apoyo. La OMS también destaca que todas las personas, incluidas las que padecen autismo, tienen derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental.

Lamentablemente, nos damos cuenta de que las personas con esta condición son estigmatizadas y muchas veces discriminadas, ya sea por la falta de profesionales o privatización en la atención de salud, donde solo algunos pueden recibir atención especializada.

Este día, busca visibilizar la neurodiversidad del espectro autista, poner de manifiesto la aceptación y el respeto aceptando a todas las personas con sus cualidades y singularidades.

Valerin Azócar, académica Carrera de Fonoaudiología Universidad de Las Américas, sede Concepción.

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