En las actuales campañas electorales se advierte la participación de exmiembros de las FFAA, como reacción al aumento de la delincuencia y de la corrupción, para inducir a optar por líderes con formación militar.

Si bien el uso de figuras militares es más propio de la derecha —ya que permite captar votos de la extrema derecha y de la llamada familia militar (es decir, militares activos, en retiro y sus familiares)—, su importancia electoral es relativa, pues solo se hace notar en algunas comunas. En lugares como Concón y Viña del Mar, el peso de la familia militar es mayor, ya que allí residen muchos marinos.

Por su parte, los militares en retiro suelen distinguirse utilizando su último grado acompañado de una “r” minúscula, y cuando son candidatos, aparecen en afiches o trípticos impresos en papel couché, con fotos en uniforme. Sin embargo, los resultados electorales de los militares (r) evidencian que ni el grado ni el pasado castrense son tan atractivos, ni siquiera para la propia familia militar: al fin y al cabo, ya tienen uno en casa.

Entre de los candidatos (r), sin duda, los más exitosos son el coronel (r) y exalcalde de Providencia, Cristián Labbé, y el almirante (r) Jorge Arancibia, quien renunció a la Armada para ser senador.

Entre los derrotados está el general (r) Alberto Cienfuegos, quien postuló a diputado por Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea, obteniendo el 12,5%; el capitán de navío (r) Rodrigo Vattuone, quien postuló a alcalde de Viña del Mar, obteniendo el 2,17%; el capitán de navío (r) Vicente Caselli, quien postuló a alcalde de Olmué, obteniendo el 16,7%; y el general (r) Ricardo Bassaletti, quien postuló a alcalde de Maipú, obteniendo el 17,27%. Distinto sucedió en Santiago con el abogado y teniente (r) Mario Desbordes, que obtuvo el 51,1%.

Presencia militar en próximas elecciones

En las próximas elecciones, la presencia militar es más intensa, impulsada por la percepción de inseguridad y la necesidad de reprimir la delincuencia. Es así como la DC lleva de candidato en el Distrito 7 al autor de esta columna, quien es capitán de corbeta (r); el Partido Republicano invitó a postular al Senado por la Región de Valparaíso al vicealmirante (r) Alberto Soto, y como candidato a diputado por el Distrito 7 al cabo (r) Sebastián Zamora, ya sobreseído de las acusaciones de homicidio frustrado y apremios ilegítimos en el puente Pio Nono.

A estas candidaturas se suman, en los comandos de Johannes Kaiser, el general (r) Luis Cuellar; en el de José Antonio Kast, el general (r) Enrique Bassaletti, el general (r) Cristián Vial y el coronel de Gendarmería (r) Luis González; y en el de Evelyn Matthei, el almirante (r) Roberto Macchiavello.

Resumiendo, los candidatos (r) constituyen una práctica habitual en las campañas de la derecha, ya que buscan captar la votación de la extrema derecha. No obstante, en el escenario actual también se reconoce que la delincuencia ha superado a la institucionalidad, al incorporar nuevos delincuentes, delitos y procedimientos, mientras que las Fuerzas Armadas se encargan del resguardo de la frontera norte y de la Macrozona Sur.

Entonces, no nos debe de extrañar que, la oferta electoral incluya a exmilitares, por su mayor experticia en seguridad. Lo importante es que, cuando los militares (r) hagan campaña, no usen los distintivos de cuando estaban en servicio activo, porque el Código de Justicia Militar castiga el uso indebido de distintivos militares, porque interesa proteger la dignidad y el prestigio militar y el carácter no deliberante de las FFAA, por razones de seguridad nacional.