Este jueves Alfonso Mohor anunció su renuncia a la presidencia de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH).

Esto, tras la polémica suspensión en el cargo por tres meses, luego de ser acusado de encubrimiento en un caso de acoso laboral al interior del plantel.

Ante la renuncia, de acuerdo a estatuto, la presidencia queda en manos de Karla Toro, de Izquierda Autónoma.

A través de un comunicado Mohor sostuvo que “doy un paso al costado como el primero de los gestos políticos necesarios para dar curso a la revisión de nuestras formas de relacionarnos y de hacer política, poniendo inequívocamente los intereses colectivos por sobre los individuales”.

La suspensión del dirigente estudiantil significó el quiebre de relaciones entre el Movimiento Autonomista, donde pertenece Mohor, y Revolución Democrática, ya que la acusación fue impulsada por militantes del partido.

Tras ser notificado de la suspensión, Mohor había advertido que en la práctica se trataba de una destitución, ya que se extendía por el mismo tiempo que le restaba a su periodo al mando de la FECH.

Según sostuvo, “contamos con un acuerdo transversal del grueso del Frente Amplio en su expresión estudiantil y en particular de nuestra universidad, ya que entendemos lo que está en juego”.

En la lectura del comunicado Mohor valoró cómo el movimiento feminista logró organizarse de forma externa, en medio de un complejo y fraccionado movimiento estudiantil.

“A lo largo de este año hemos constatado cómo nuestras compañeras han excedido la organización tradicional y logrado levantar una movilización histórica que sienta críticas esenciales a las formas en que nos relacionamos, a los privilegios de los hombres por sobre las mujeres y a distintas expresiones del orden patriarcal en nuestra sociedad” expresó.