Una millonaria indemnización deberá pagar el Servicio de Salud Metropolitano Occidente, condenado por el Vigésimo Cuarto Juzgado Civil de Santiago por un tratamiento poco eficiente y eficaz de un embarazo en el Hospital San José de Melipilla.

El organismo deberá pagar $80 millones a una mujer que perdió al hijo que esperaba, esto luego de discrepancias en la fecha de gestación de su embarazo.

Según consta en el fallo publicado en la web del Poder Judicial, la afectada de iniciales P.M.L. tuvo dos estimaciones de embarazo.

En mayo de 2010 la matrona del Centro Comunitario de Salud Familiar Padre Demetrio Bravo estableció que su embarazo era de 10+1 semanas de acuerdo a su última regla. El 2 de agosto, en tanto, el cálculo era de 16 semanas; sin embargo, ese mismo día concurrió al Centro Médico Barros, donde mediante una ecografía se estableció que en realidad tenía 18 semanas y no 16.

Con el paso de los meses la diferencia se mantuvo. El 15 de diciembre de 2010, cuando según su último periodo menstrual tenía 36+1 semanas, concurrió al Hospital San José de Melipilla para realizarse una ecografía que arrojó que tenía 38+3 semanas. Esa vez fue al recinto porque los movimientos de su hijo se habían vuelto lentos y escasos.

En aquella oportunidad, la mujer fue derivada al Departamento de Alto Riesgo Obstétrico del centro asistencial, ya que el niño no podría nacer por parto normal porque se detectó una macrosomía fetal (feto más grande que el promedio).

Tras ello, se le siguió atendiendo sin una definición clara de su periodo de gestación.

Luego de asistir al centro asistencial en esa fecha, fue dada de alta y regresó el 21 de diciembre al hospital de Melipilla, siendo enviada a su hogar sin ser examinada.

A continuación la situación empeoró. Entre el 29 de diciembre y el 8 de enero de 2011 asistió cuatro veces al hospital, primero con dolores, diarrea y vómitos, y finalmente con sangrados.

Ya en los exámenes practicados el último día no se detectaron latidos en el vientre, por lo que la madre fue enviada al Hospital San Juan de Dios, donde se le realizó un parto que confirmó que el feto había fallecido.

El fallo consigna que la autopsia practicada al cuerpo confirmó que el niño era completamente sano y no presentaba patologías ni malformaciones que constituyeran un riesgo para su salud.

Además, se constató que el nacimiento ocurrió a las 43 semanas de gestación y que murió por hipoxia. Sin embargo, la ficha médica decía que el embarazo era de 40 semanas.

Según el fallo, los profesionales del Hospital San José de Melipilla erraron en interpretar que la cabeza del feto no bajaba porque aún no se cumplían las 38 o 40 semanas de gestación, sino que se trataba de una desproporción céfalo-pélvica ante el continuo crecimiento del niño.

“Claramente el Servicio de Salud Metropolitano Occidente, a través del Hospital San José de Melipilla, no otorgó a su usuaria la atención de salud requerida de manera eficiente y eficaz, por cuanto reaccionó en forma errática y tardía, ante un embarazo de alto riego, con un FUR (fecha última regla) en duda y que terminó con la muerte del feto”, se dijo el fallo.

La decisión es apelable.