Más de 100 conductores de furgones escolares en Los Ángeles están de “brazos cruzados”, mientras no se reinicien las clases por el Covid-19.

En específico, la preocupación de ellos es cómo generar ingresos para sus grupos familiares.

Considerando a quienes forman parte del sindicato de este rubro, y los que lo hacen de manera independiente, son -al menos- 120 chóferes que trasladan a estudiantes para generar recursos en sus hogares.

La presidenta de aquella organización, Luisa Barria, indicó que desde diciembre muchos de ellos dejaron de percibir la remuneración por sus labores, alcanzando en marzo retomar solo un par de días.

Además, añadió que la situación se refleja en aquellas familias que tienen hijos estudiando en otras ciudades, a los que les deben costear su carrera, además de un lugar donde vivir y la alimentación.

A su vez, la representante de los transportistas escolares manifestó que tampoco tienen una alternativa para trabajar, principalmente por la cuarentena que están cumpliendo.

En ese sentido, Barría además se refirió a la incapacidad que tienen para acceder a algún bono por parte del Gobierno, indicando que no están insertos en la comunidad que recibe este apoyo, al no ser de un sector vulnerable de la sociedad.