Jaime Mañalich: "Los inmigrantes, en su inmensísima mayoría, han sido una contribución para el país"

Si bien ha estado alejado de la primera línea política, fue esta semana que el exministro de Salud, Jaime Mañalich, volvió a la palestra política tras reunirse con el equipo de José Antonio Kast y —junto a otras exautoridades de Sebastián Piñera— hacer un llamado a respaldar dicha candidatura.

Pese a lo anterior, el ex secretario de Estado no pierde el tono crítico con su sector, asegurando desde hace meses se instaló una “suerte de complacencia” de decir que la elección ya está ganada, sin tener —a su juicio— una dinámica de propuestas de futuro.

En conversación con BioBioChile, entre otras cosas, el médico también sincera lo que califica como “postura diferente” respecto a la inmigración. Destacando a quienes aportan, especialmente en el área de salud, asegura quienes han llegado al país “en su inmensísima mayoría, han sido una contribución al país”. En su opinión, “hay que separar claramente la paja de trigo”.

En temas políticos, consultado por si ve posible una fusión de Chile Vamos, a raíz de voces críticas desde la interna por el fracaso en la primera vuelta, Mañalich comenta que en su opinión es difícil, pues en dicha colectividad “hay caudillismos” y personas que no están dispuestos a ceder sus cargos de liderazgos.

Carrera presidencial: la “complacencia” de la derecha, liderazgos y el tono de la campaña

—Usted tuiteó que “dar por seguro el resultado de la segunda vuelta, no tiene sustento en la teoría de probabilidades, y menos, en la realidad. Es un ERROR”. ¿Podría profundizar en esa reflexión? ¿Cree que podría ser un resultado más estrecho del esperado? ¿Cuál es su proyección?

A mí me parece, y ocurrió también en el caso de la primera vuelta, que en el sector de derecha y centro-derecha se instaló hace muchos meses una suerte de complacencia de decir “bueno, ya esto está ganado”, sin tener una dinámica adecuada de propuestas de futuro, de esperanza. Y en mi opinión, eso es un error porque las elecciones, como sabemos todos, se ganan el día de la elección y todo lo demás son encuestas que se hacen en grupos muy pequeños que tratan de aproximarse a la realidad, pero que sistemáticamente fallan por razones metodológicas o lo que fuera.

El caso del candidato Parisi es el más dramático, en el cual se anticipaban resultados que eran del 5% y resulta que terminó con una votación de más de 2 millones de personas, casi 20%. Y esa es la realidad, lo otro son encuestas y al final las empresas hacen una competencia entre ellas para definir quién estuvo más cerca. Al final alguien, por supuesto, queda más cerca del resultado final y esa empresa se vanagloria de ser más precisa en una realidad que es muy difícil, en realidad, de imaginar hacia el futuro porque todos los pronósticos, incluso los del clima, se basan en hechos pasados (…) los climatólogos dicen “mire, la probabilidad que llueva es 32%”. ¿Y por qué es esto? Porque en realidad los pronósticos del tiempo se basan en historia. Esa historia hoy día no existe porque la realidad electoral hoy día, el padrón electoral, no tiene nada que ver con la que había en los últimos años. Habiendo un voto obligatorio, no voluntario y produciéndose como ocurrió que casi 13 millones de personas votan, que es prácticamente el doble de lo que votaron en las elecciones anteriores.

—¿Qué le parece el tono de la campaña? En la franja se ha visto a Kast intentando mostrarse como que no es “cuico” y destaca que no vive de Plaza Italia “para arriba”. ¿Es malo eso? ¿Cómo evalúa ese desmarque? ¿Se ve como algo negativo vivir en el sector oriente?


En general, las franjas y la propaganda electoral se construyen no en base a ideas, sino a lugares comunes y prejuicios. “Mire, si sale esta persona van a estar en riesgo los Derechos Humanos” o “va a gobernar el Partido Comunista, tengan cuidado”.

Nosotros por razones geopolíticas, por razones de historia de Chile, estamos en un momento extraordinariamente crítico y lo que importaría demostrar con más fuerza es qué es lo que yo creo bueno para Chile en los años que vienen y no que en el pasado o qué sé yo, “que alguna vez dije esto, o lo otro” porque creo que eso en realidad no le agrega valor al proceso de decisión ciudadana que tiene que ser bien informado y que está basado en la razón.

—¿Ha sido muy controversial la campaña?

Yo creo que ha sido controversial en los medios de comunicación y en las redes sociales, pero ¿cuál es el impacto en el votante real, cuánto mueve la aguja? Yo creo que muy poco. Y en ese sentido, en fin, lamento que espacios de televisión y de radio no sean ocupados por propuestas más claras hacia un futuro que en Chile es muy incierto porque la palabra perfecta o más precisa para describir nuestra situación país y del mundo, es la inestabilidad, la inseguridad, la falta de certezas. En ese sentido, un candidato o una candidata tiene la obligación de sembrar certezas, sembrar convicciones.

—¿Ve similitudes en el liderazgo de José Antonio Kast y el del expresidente Sebastián Piñera?

Hay algunas similitudes, por supuesto, en el sentido del apoyo irrestricto a la libertad de decisión de las personas, a la libertad de elegir lo que estiman mejor para su desarrollo vital, pero evidentemente, el presidente don Sebastián Piñera, que en paz descanse, tenía una amplitud en estas materias mucho más ancha que lo que se está discutiendo en las actuales campañas electorales. Lo natural, y está ocurriendo por supuesto en los dos candidatos, es que ellos traten de aproximarse al centro, a lo que Sebastián Piñera proponía o eran sus agendas de gobierno, o a lo que la Concertación proponía para hablar de la izquierda y centro-izquierda, y tratar de alejarse de los extremos.

—Teniendo en cuenta esta amplitud más ancha, ¿por qué ese liderazgo no lo puedo encarnar Evelyn Matthei? Estuvo con la familia Piñera-Morel, incluso lo trajo de vuelta con IA, pero aun así no se pudo. ¿Por qué cree que pasó? Que finalmente los lleva a alinearse con Republicanos.

En la elección anterior, en que ganó el actual Presidente Boric, hubo un alineamiento también con el candidato Kast de toda la centro-derecha… piense usted que quien era la subsecretaria de Salud (Paula Daza) en ese momento, y representando precisamente a la centro-derecha, a Renovación Nacional y la UDI, dejó el cargo para asumir responsabilidades en la campaña de José Antonio Kast para la segunda vuelta. Estoy hablando del año 2021. Y en ese contexto, no es raro que en el momento en que ya nos aproximamos a la decisión, los que estaban aproximados Evelyn Matthei traten de encontrar cobijo en las candidaturas que ahora en la elección definitiva encuentran más similares a las propuestas y valores que dichos candidatos representan.

Ahora, en mi opinión, nosotros hemos tenido una crisis política que también tiene un componente de crisis generacional. Vale decir, por efecto del freno al desarrollo de vocaciones políticas durante la dictadura, lo que nos ocurrió es que regresada la democracia, quienes tomaron el liderazgo de la refundación ciudadana y democrática de la República fueron los mismos que habían tenido la posta hasta el año 73. Y en ese contexto, a mí me parece que se produjo una pérdida de espacios para que gente más joven pudiera participar con toda su fuerza en política y ocupar un cargo de jefe de gabinete, lo que fuera, pero no los dejaron volar (…) una generación nueva que quiere un nuevo Chile, que con razón dice “ya vivimos estabilidad post-dictadura, pero ahora vamos a otro Chile” y tanto en la derecha como en la izquierda esos liderazgos están hoy día presentes y no están dispuestos a acoger, en mi opinión, figuras que de alguna manera están ancladas en el pasado.

—¿Fue un error no hacer primarias en la colectividad? ¿O una primaria amplia en todas las derechas?

Yo creo que fue un grave error en el sentido de que la derecha tenía el apoyo político en votos suficientes para lograr una mejor votación en el parlamento y tenemos como resultado hoy día que, al no haber hecho una primaria y una asociación mucho más amplia entre los partidos de la centro-derecha, se fue fragmentado en listas a las elecciones de diputado/senadores y se perdió una posibilidad de una mayoría que, en caso que fuera José Antonio Kast el presidente nuevo, le habría ayudado mucho a gobernar. En cambio, si resulta él electo, va a ocurrir que se va a encontrar con un Parlamento complejo donde ya hay parlamentarios que le están diciendo que no le van a dar ni la sal, ni el agua.

Los “caudillismos” al interior de Chile Vamos

—Tras el resultado en la elección se han escuchado críticas desde el mismo sector y voces de posibles fusiones. ¿Chile Vamos seguirá siendo lo que era o ya cumplió su ciclo? ¿Le parece viable una fusión?

Yo lo creo bastante difícil, son historias muy diferentes, personas muy diferentes, concepciones de valor muy diferentes. Y en ese sentido, es posible que haya un acuerdo de gobierno, un acuerdo parlamentario, pero de ahí a pensar en una fusión entre los partidos Republicanos, Social Cristiano, UDI y Renovación Nacional (…) creo que es bastante difícil.

—¿Y solo entre Chile Vamos?

A mí me parece, y por una razón, si se quiere, penosa, también eso es difícil porque en los partidos de Chile Vamos hay caudillismos, hay personas que pretenden y quieren ocupar liderazgos que no están dispuestos a ceder y que desde luego en una fusión de partido tendrían que dar pie para que otros tomaran liderazgo, desde quién sería la directiva de este nuevo partido funcionado. Entonces, a mí me parece que hay que vivir con calma lo que ocurra el día 14 de diciembre y quedará el verano para sanar heridas, para ver qué pactos se pueden hacer, pero yo creo que hay que ser extraordinariamente pragmático y que lo más probable es que estos pactos sean pactos fundamentalmente de gobierno, de gobernabilidad y no pactos de agenda política profunda (…) veo muchos temas en los cuales no va a haber fácilmente acuerdo.

La postura diferente de Mañalich

—La contingencia sin duda lleva a la frontera norte, específicamente con Perú. En ese sentido, el debate presidencial se ha enfocado en la expulsión de inmigrantes. En perspectiva, ¿fue un error ir a Cúcuta? ¿La visa de responsabilidad democrática para venezolanos? ¿Los llamados a recibir migrantes “hasta que el país lo resista”?

En esta materia tengo una posición un poquito diferente. Chile enfrenta una crisis de población gigantesca y efectivamente durante los últimos años, de antes también, pero se ha acelerado una llegada de inmigrantes que en su mayoría, en su inmensísima mayoría, han sido una contribución para el país. 
Son gente joven, gente sana, gente que quiere trabajar, etc. De hecho, tienen un patrón de salud de no-enfermedad mejor que el patrón de la población chilena. Y en ese contexto, pienso solo en el sector salud que me es tan cercano, hoy día el 20% de los médicos que ejercen en Chile —de los 60 mil médicos— son extranjeros. Sin esos inmigrantes calificados, profesionales, formados en Colombia, Venezuela, donde fuera, y que han rendido todos los exámenes y la formalidades que corresponde, que son inmigrantes legítimos, legales, contratados por el Estado o por empresas privadas, nosotros estaríamos en un problema bastante serio de mayor pobreza, etc. Evidentemente, en todo el mundo, no en Chile, el tema de la industria de narcotráfico está aumentando, poniendo sus tentáculos en toda la esfera.

Miremos lo que está pasando hoy día, de amenazas de Estados Unidos a Colombia y Venezuela respecto al narcotráfico, para nosotros representa un riesgo enorme, porque esos capitales del narcotráfico y sus operadores se mueven a través de la frontera y no sería raro que estuvieran buscando nuevos destinos, entre los cuales Chile es un país propicio para llegar. En ese contexto, más que generalizar el tema de los inmigrantes, yo creo que efectivamente hay que ser muy responsable en la inmigración legal, en la autodenuncia y en la persecución del delito que me parece está un poco mejor que antes (…) hay que separar claramente la paja de trigo.

—Están quienes vinieron a aportar al país, pero también quienes entraron ilegal y que hasta el día de hoy se desconoce su identidad. ¿No cree que estos llamados que se hicieron pudo haber contribuido a la llegada de ese tipo de inmigrantes? Sin generalizar, claro.

Yo no me atrevería a establecer una causa o beneficio, ni en las facilidades que dio la expresidenta (Michelle) Bachelet respecto a Haití u otras que podrían haber ocurrido en el gobierno del presidente (Sebastián) Piñera con gente que por razones políticas tenía que salir de un gobierno dictatorial como es el caso de Venezuela. Pero insisto, creo que hay que tener un mucho mayor esfuerzo en documentar esas personas, en identificarlas, por supuesto en tratar de intercambiar información delictual de esas personas en sus países de origen, lo que no es fácil. Nos pasa con el riesgo de la visa waiver en Estados Unidos, que van personas desde Chile que tienen antecedentes penales y llegan allá a cometer delitos y el gobierno norteamericano se queja sistemáticamente que no les damos adecuadamente los antecedentes que les permitieran a ellos negar la visa, lo que pone en riesgo ese beneficio.

Sarampión, vacunación y la problemática de las listas de espera

—En Argentina hay un alza de sarampión, por lo que en Chile se emitió una alerta epidemiológica. Durante 2024, menos de la mitad de los niños de entre 5 y 6 años recibieron sus vacunas ¿Cómo ve esa situación? ¿Le preocupa la relajación de políticas vinculadas a la vacunación en el país vecino?

Yo la veo más complicada en Chile. En Argentina, como usted dice, se documentó que había una caída a las tasas de vacunación de sarampión. La primera dosis de vacuna de sarampión se administra al año de vida y la segunda a los tres años de vida.

Nosotros tenemos a los 12 meses, al año, una cobertura de 88,5% y lo que debe ocurrir es el 95%; y la segunda dosis en Chile, a los tres años, apenas llega al 65%. Eso quiere decir que respecto a coberturas de vacunación, nosotros estamos en una situación peor de riesgo que la de Argentina y ¿qué es lo que ocurre? Que llega alguien, turista o lo que fuera de cualquier país donde hay muchísimo sarampión, llega acá, no sabe que está enfermo y contagia… el sarampión una enfermedad extraordinariamente contagiosa, cada persona enferma contagia a otras 10 personas y es probablemente la enfermedad más contagiosa que se conoce, más que la viruela. Y en ese contexto, el gobierno argentino, haciendo eco de una recomendación de la Organización Panamericana de la Salud, decretó una alerta epidemiológica y lo mismo hizo días después el gobierno de Chile, que no es una alerta sanitaria como es la que se hace para el Covid, sino que es “tengamos cuidado con esto”.

La consecuencia de esto, que no la veo todavía, es que debería haber una campaña de refuerzo de vacunación muy importante. La caída de la vacunación contra sarampión y otras cosas, es algo que está ocurriendo en todo el mundo producto de los movimientos y los liderazgos gubernamentales que son nítidamente anti-vacunas, desde Estados Unidos para acá. Entonces, lo esperable es que en realidad cueste muchísimo más alcanzar las coberturas adecuadas de vacunación contra el sarampión y otras enfermedades. Por eso creo que el esfuerzo que hay que hacer, y no lo veo claro en la Ley de Presupuesto ya aprobada para el año 2026, es gigantesco para no perder la característica de ser un país, como estamos declarados, libre de sarampión y que no tengamos que poner bloqueo en la frontera y pedir certificado de vacuna al ingresar como podría ocurrirle a chilenos que fueran a otros países.

A agosto de este año, Minsal efectivamente alertó que la vacunación contra el sarampión en Chile alcanzaba al 65,7% en su segunda dosis, y un 88,5% en su primera inoculación. Sin embargo, en Argentina la cobertura de la triple viral, que protege contra sarampión, rubéola y paperas, el año pasado apenas llegó al 46,7%.

—¿Se deben hacer recortes en salud?

El presupuesto del Ministerio de Salud, en cifras totales, es el que más creció dentro del gasto público. El Ministerio de las Culturas proporcionalmente creció más, pero en montos totales y por lo que significa el gasto de salud en Chile, el ministerio que más creció sobre la UF y el crecimiento real, fue el Ministerio de Salud. A mí me parece que es cierto, nosotros estamos gastando en salud —por cada persona en Chile— más que el promedio de los países de la OECD, el 10,5% del Producto Geográfico Bruto (PGB) lo gastamos en salud en Chile, es una cifra muy muy alta y que ha crecido muy rápido en los últimos años. Me parece que más que recortar, lo que hay que hacer es que ese gasto sea más eficiente.

Voy a poner el ejemplo de la señora contralora (Dorothy Pérez), que hizo un esfuerzo, mandó a cruzar una base de datos con otra y estamos hablando de que el fraude en licencia médica. Lo que se gasta licencia médica no está disponible para hospitalizar a alguien y para operar a alguien, o listas de espera. Se estima que el fraude licencia médica son 300 millones de dólares. O sea, esos 300 millones de dólares si se sacan de licencia médica, no hay que recortárselo, hay que dárselo a salud para que solucione el problema de las listas de espera. El problema de las listas de espera, el stock, la gente que está acumulada es muy alta, se solucionaría con tres años de control del fraude de licencia médica. Entonces, a mí me parece que lo más importante es el uso eficiente de los recursos, que quienes pagan impuestos están poniendo en manos del sector salud pública y privada, pero sobre todo el Ministerio de Salud, para hacer un uso mucho más eficientes de esos recursos que siempre son escasos.

—Además del control del fraude de las licencias médicas y el uso eficiente de recursos, ¿en qué más se debería poner el foco? A ud. le tocó enfrentar ese desafío, pero es algo que con los años persiste. Más allá del gobierno de turno, el análisis lo muestra como un problema sistemático.

La palabra persiste no es exacta porque, en realidad, año a año solo empeora. En 2020 la lista de espera auge eran un poco menos de 10 mil personas y hoy son 80 mil personas, ocho veces más. Lo que ocurrió es que evidentemente hubo un problema durante la pandemia, porque mucha gente se retrasó, pero en realidad lejos de volver a normalizarse, a bajar esta lista de espera, solo aumenta. Y el problema crucial acá es que la mayoría de las listas de espera se originan en los consultorios, en la atención primaria de salud. Entonces, en lugar de que un psiquiatra vea por telemedicina, voy a decir en el extremo para que no tenga ni que moverse, a una persona para indicarle antidepresivos (…) se le pide a la persona que tiene este problema que vaya y pida una hora al hospital, le dan hora para seis meses más.

Mucho de lo que hay en la lista de espera, que son 3 millones de personas por una espera para una consulta de especialidad, se debe en realidad a la falta de eficiencia de la atención primaria y de mecanismos modernos, sobre todo a través de telemedicina, para resolver esos problemas y no derivarlos al hospital necesariamente (…) no menos del 60% de las personas que están en la lista de espera, o sea de 3 millones de personas, en realidad no tiene ningún sentido que estén ahí porque ya se operaron, ya resolvieron, se murieron o porque en realidad el problema por el cual los mandaron no existe y debería haber sido resuelto claramente en la atención primaria, cosa que no hacemos. Entonces, a su pregunta, el divorcio que es muy grave entre la atención primaria a cargo de los municipios y los grandes hospitales, que es el problema por el cual se genera la lista de espera en forma más significativa, tiene que ser resuelto con un aumento en la eficacia de la atención primaria y salud. A mí me parece que esa es la gran reforma que Chile necesita.