Los resultados de un estudio financiando por la Corporación Nacional Forestal (Conaf) confirmaron lo que se sabe desde hace algún tiempo: las araucarias se están secando hasta morir.

Además, el porcentaje de los ejemplares que presentan daños también aumentó en comparación a mediciones anteriores.

Según indicó a LUN el autor de la investigación y académico de la Universidad de La Frontera, Mauricio Reyes, analizaron un total de 11.550 árboles en 400 lugares, pero en sólo siete de éstos encontraron especies sanas.

En el resto, las araucarias analizadas tenían problemas en una de sus ramas o en su copa.

Del total, 3.075 fueron árboles milenarios, de más de 50 centímetros de diámetro, y 8.475 de regeneración -o jóvenes- que son menores o mayores a 1.3 metros.

En los primeros, los “abuelos del bosque”, “pasamos de 1.2% de mortalidad a 10.8%. Pero lo que más preocupa es lo observado en las plantas de regeneración. Ahí la mortalidad se duplicó”, dijo Reyes.

En las menores a 1.3 metros, “el año pasado informamos 7.9% y ahora 15.4%. Esas son araucarias que tienen hasta 12 años”, agregó el académico.

En las mayores a los 130 centímetros, que tienen más de 50 años, el porcentaje pasó de 5.5% a 9.4%.

La cantidad de árboles enfermos también aumentó. En los adultos, la cifra creció del 25.7% al 44.1% y en los jóvenes pasó del 35.1% al 48%.

Las causas de esta enfermedad son materia de investigación, aunque ya se asocia al cambio climático, fenómeno que podría afectar a las 252 mil araucarias que existen en Chile, de las cuales el 80% se encuentra en la región de La Araucanía.