En el Frente Amplio (FA) son escasas las voces que asumen una postura autocrítica frente a los últimos episodios que han protagonizado algunos de sus dirigentes.

Los enfrentamientos internos han tenido de todo. Acusaciones cruzadas, emplazamientos por la defensa de los Derechos Humanos y, principalmente, las renuncias de Vlado Mirosevic a la presidencia de la Comisión de Relaciones Exteriores; y Pamela Jiles, en la Comisión de Familia.

Todo partió el 19 de abril. El Gobierno había retirado el último proyecto ingresado por la administración Bachelet: el Bono Valech, una iniciativa que buscaba entregar una reparación de 3 millones de pesos a las víctimas de prisión política y tortura.

Agencia UNO | Edición: BBCL
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Y el diputado Ignacio Urrutia (UDI) decidió festinar con ello cuando intervino en la Cámara esa jornada. Celebró la decisión del Ejecutivo y desató la ira de la diputada Pamela Jiles (PH) cuando se refirió a las víctimas como terroristas.

Aquello produjo la salida de las bancadas del Frente Amplio y los comunistas esa jornada. Jiles cruzó el hemiciclo y encaró al legislador oficialista, cuyo enfrentamiento terminó con una sanción económica para ambas partes tras una decisión unánime de la Comisión de Ética de la Cámara, incluso con los votos de los diputados frenteamplistas Vlado Mirosevic (PL) y Renato Garin (RD), pese a que existía un acuerdo previo en el conglomerado para que el castigo a Jiles fuera rechazado a modo de protesta. Pero no cumplieron.

“Aquí no estamos en la farándula. Aquí estamos en un poder del Estado, que es un poder serio que tiene normas y reglamentos que debe cumplir”
- Ignacio Urrutia, diputado UDI

Por eso, Mirosevic le ofreció disculpas públicas y reconoció que debió negarse a cumplir el reglamento de la Cámara y rechazar la multa a la parlamentaria humanista. “Yo dí la unanimidad. Y eso fue un error. Quiero pedir públicamente disculpas a la diputada Pamela Jiles. Debí haber votado en contra de esa sanción”, admitió.

Pero Pamela Jiles no aceptó las disculpas de Mirosevic y aseguró que no basta con las palabras. “¿Qué dijo que iba a hacer respecto de su grave error? Porque esto no es un club de fútbol, esto es política. Cuando uno comete un error terrible seguramente uno tiene que hacer algo”, señaló, deslizando que espera un gesto mayor y más formal que las simples declaraciones.

Disculpas versus revancha

Otro miembro opositor de la Comisión que votó a favor de la determinación fue el diputado PPD Tucapel Jiménez. Y el sí tomó las acciones concretas que aparentemente está esperando Jiles: le pidió disculpas y renunció a la Comisión de Ética conflictuado por haber apoyado la moción.

A través de una declaración, Jiménez sostuvo que está disgustado consigo mismo por no haber emitido un voto contrario a la decisión de la instancia, que multó a la diputada Humanista con 182 mil pesos y a Urrutia con 638 mil pesos. La parlamentaria, en este caso, valoró y agradeció el gesto del honorable.

Agencia UNO
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Pero el que no ha superado la polémica parece ser el diputado de la UDI, Ignacio Urrutia, quien informó que ingresará un nuevo escrito ante la Comisión de Ética de la Cámara contra Pamela Jiles, luego que la diputada calificara en duros términos a los integrantes de dicha instancia parlamentaria.

Urrutia aseguró que Jiles debe recordar que el Congreso no es la farándula. “Ella ha respondido insultando nuevamente a los miembros de la Comisión de Ética. A mí me parece que no corresponde. Debe ser sancionada. Aquí no estamos en la farándula. Aquí estamos en un poder del Estado, que es un poder serio que tiene normas y reglamentos que debe cumplir”, remarcó.

El otro conflicto

Pese a todo el revuelo que ha tomado el asunto, la renuncia de Mirosevic a la Comisión de RREE ocurrió el martes por otras razones y tiene raíz en un ramillete de cuestionamientos internos que han recaído sobre el parlamentario.

El martes pasado la mesa nacional del Frente Amplio pretendía discutir la continuidad del diputado en ese cargo, impulsado por uno de los bloque minoritarios del FA: el Movimiento Democrático Popular, quienes acusaron al congresista ariqueño de estar “representándose solo”.

“Nosotros somos de los fundadores del Frente Amplio, no tenemos por qué ser los que nos vayamos”
- Vlado Mirosevic, diputado Partido Liberal

“A pesar de las presiones, no estamos dispuestos a negociar nuestras convicciones en materia de Derechos Humanos y democracia”, señalaba un texto emitido por el partido de Mirosevic, el PL, refiriéndose a las críticas de sectores del Frente Amplio a la postura de Mirosevic, condenatoria de lo que sucede en Venezuela, Cuba y Nicaragua.

“El problema no es Boric y Jackson, se genera por sectores que no son mayoritarios y se atreven a censurar (…) Quizás no es tan minoritaria. Este acto tiene que servir para abrir un debate de fondo sobre quiénes pueden estar y quienes no pueden estar en el Frente Amplio. No creemos que relativistas de derechos humanos puedan estar”, indicó luego el propio Mirosevic La Segunda.

“Sería más cómodo bajar nuestras críticas, pero no estamos dispuestos a variar nuestra posición (…) Nosotros somos de los fundadores del Frente Amplio, no tenemos por qué ser los que nos vayamos, en circunstancia de que estamos haciendo honor al espíritu original”, agregó.

FA pide retomar roles

Tras estas dos bulladas renuncias, el Frente Amplio advirtió a través de un comunicado que “construir una nueva política es también asumir la heterogeneidad de nuestra alianza”, de modo que “nuestras diferencias no se resuelven por tanto con renuncias ni vetos de ningún tipo”.

Ante eso, desde el conglomerado hicieron un llamado “a todos nuestros parlamentarios y parlamentarias a que retomen los roles acordados en sus respectivas comisiones y defiendan el mandato de la ciudadanía desde dichos espacios”.

Pero los roces internos siguen agitando la agenda y ningún sector del FA parece querer bajar el tenor del enfrentamiento.

De hecho, al última hora del jueves, el Frente de Acción Feminista Humanista del PH -el partido de Pamela Jiles- seguía atizando la pugna. Entregaron su apoyo a la diputada y de paso tildaron de “traidores” a quienes votaron en contra de la sanción económica que recibió la parlamentaria.

Incluso entregaron un espaldarazo a Jiles, ya que -según expresaron- perciben en ella una rebeldía necesaria y sumamente urgente “en tiempos de moral torcida y tramposa”.