A finales de julio comenzaron los problemas para las familias de bebés prematuros, cuando el Ministerio de Salud emitió una primera alerta por presencia de moho en un lote de leche PreNAN, de Nestlé, suplemento alimenticio que se les entrega de forma gratuita en los Cesfam.

Pasadas dos semanas, la situación se ha agravado, con una ampliación de la alerta emitida hace apenas dos días, tras detectar elevados niveles de moho en 3 lotes de la leche.

Según relató Katherine Arteaga, presidenta de la Asociación de prematuros de Chile (Asprem), debió ambas veces devolver los tarros de leche que le fueron entregados, tras lo cual la jefa de Prevención del Minsal les habría dicho que, según el ISP, el moho no provocaba daño a la salud.

Entonces, comenzó la segunda parte del problema. Al no existir un segundo proveedor en el país con una alternativa equivalente a PreNAN en las cantidades que requería el ministerio, se les comenzó a dar Purita, con disoluciones diferentes dependiendo de la edad de los bebés.

Al poco tiempo sin embargo se hizo público (y según corroboró a través de Salud Responde) que, de 10 lotes del suplemento, había 2 retenidos, 2 bloqueados y sólo 2 liberados para consumo.

Lo que le preocupa de todo esto es que entonces “hay 4 lotes que no tienen seguridad de que estén en buenas condiciones para el consumo de prematuros”.

Agravando la situación, “hay algunos bebés que tuvieron operaciones al intestino por enterocolitis necrotizante, y hay bebés que son displásicos broncopulmonares que no pueden tomar Purita. De hecho, en general un bebé menor de 6 meses no debería recibir Purita”.

Más de $40 mil mensuales cuesta la alternativa

Existen unas tres alternativas en el mercado, pero el beneficio de la leche NAN es gratuito, por lo que les preocupa también que hay madres que “no pueden pagar $10 mil pesos por un producto similar que trae 375 gramos. No alcanza ni siquiera para una semana”.

“Ya no sabemos qué hacer”, lamenta, agregando que en sus páginas de Facebook “tenemos copados nuestros mensajes internos con reclamos, con bebés que están sufriendo complicaciones de vómitos, diarreas, fiebres, alergias, producto de supuestamente el consumo de este NAN prematuro.

Cuenta que enviaron una carta formal a través de la OIRS del Minsal y de Salud Responde, para la cual pueden recibir una respuesta en un plazo de 20 días, tiempo con el que no disponen todas por falta de recursos.

“Gracias a Dios yo puedo comprar una leche, pero ¿y la que no puede?”.

El peligro real

Waldo Díaz, investigador y docente de Nutrición y Dietética de la Universidad San Sebastián, explica que es normal encontrar moho en los alimentos y bebidas deshidratadas, en que se utiliza “como un marcador de humedad”.

“Cuando los valores se escapan de los que los mismos controles internos de las empresas tienen normalmente se emiten alertas”, como fue el caso esta vez, explica.

Cuando esto pasa, “significa que hubo problemas en los procesos de preparación de la fórmula”.

Según explica el experto, el moho no es un patógeno, por lo que no causará una infección, pero sí es una partícula extraña y los bebés, que tienen menores defensas y menos microorganismos benéficos en el intestino, pueden mostrar síntomas.

El principal sería un cuadro diarréico, el que, asegura, debería terminar una vez se suspenda el consumo del alimento con moho.

Distinto sería si se estudiara el tipo de moho que fue encontrado, y si se descubriera la presencia de toxina de hongos. “Ahí sí que sería mayor el problema, porque esas son las que realmente son malas, pero a la fecha eso no ha sido determinado según yo tengo la información”.

Sin embargo, pese a que el problema inicial se resuelve dejando de consumir la leche con moho, el problema del reemplazo persiste.

“¿NAN por Purita? Eso no se debe hacer”

Respecto del reemplazo dado por el Minsal a las familias, aseguró que “si estamos reemplazando una leche para prematuros, como la NAN por una Purita, yo creo que eso no se puede, no se debe hacer”.

Cuando uno revisa las especificaciones de NAN y Purita, explica, “no tienen las mismas cantidades ni concentraciones, ni siquiera de los mismos nutrientes”.

“Las fórmulas lácteas deben cumplir con ciertos parámetros técnicos de calidad”, señaló, agregando que el reemplazo de la leche debiera estar ocurriendo de forma paliativa y a corto plazo.

“Ahora, si estamos hablando de fórmulas NAN para niños de más de 6 meses, no debería causar mayor daño”.

“En los menores de 6 meses es mucho más riesgoso, porque no tienen sistema inmunológico, entonces cualquier cosa que tu consumas que sea distinto, que sea extraño o en reemplazo de otra cosa le puede generar síntomas intestinales independientemente de si está buena o está mala, por la costumbre que tiene su estómago. El cambio siempre va a ser perjudicial”.

Los síntomas directos en un menor que cambia una fórmula por otra, sea o no Purita, pueden ir desde la constipación a la diarrea, dependiendo de como lo asimila el niño.

“El proceso de adaptación en estos niños puede ser más grave, por tener menos sangre, entonces cualquier tipo de cuadro diarreico va a ser mucho más grave que en un adulto”, advierte.

Finalmente, respecto de los lotes que están bajo investigación, cuestiona que “si tienen dudas en 10 de ellos, quiere decir que están arrastrando un problema desde hace tiempo que no lo han solucionado”.

BioBioChile contactó con el Minsal y la Subsecretaría de Salud Pública, desde donde comprometieron hablar a través de un encargado, lo que hasta el cierre de este artículo no se ha concretado.