La guerra en Ucrania continúa polarizando al mundo, y es probable que el conflicto eclipse la reunión del G20 en Nueva Delhi. Pero algunos países del sur global esperan poder redefinir sus relaciones con Occidente.

Rusia tendrá un sitio en la mesa cuando los ministros de Relaciones Exteriores del G20 se reúnan en Nueva Delhi a fines de esta semana. Después de todo, el país es una de las principales economías del mundo, según el G20.

Además, de acuerdo con un estudio reciente, potencias emergentes como India o Turquía todavía ven a Rusia como un socio, a pesar del ataque que el Kremlin sigue librando contra Ucrania.

Para India, que ocupa la actual presidencia del G20, será un desafío hacer que la reunión sea un éxito, dijo a DW Ashok Malik, exasesor del ministerio de Relaciones Exteriores de India y ahora director en el país de The Asia Group, una firma de asesoría empresarial.

Sin embargo, India se esforzará por tener una declaración conjunta de todos los participantes, aseguró, con la intención de poner el énfasis “en las desigualdades y los retos de desarrollo” que enfrentan muchos países en África, Asia y América Latina en la actualidad.

¿Demasiado centrado en una “guerra que todo lo consume”?

El hecho de que Occidente se haya centrado en la “guerra que todo lo consume” en Ucrania ha desviado gran parte de la atención internacional de esos desafíos, subrayó Malik. Desafíos que fueron “exacerbados por las actuales crisis de fertilizantes, alimentos y energía causadas tanto por la pandemia y la guerra”.

Malik describió a India como un país con “una profunda intersección con Occidente en términos de objetivos y valores estratégicos”. No obstante, indicó que India “también tiene profundas raíces en el sur global”.

“Entonces, India ha tratado de ser un puente entre los miembros del G20 del mundo desarrollado, por así decirlo, y el sur global”, apuntó. Ese sería el mensaje que Nueva Delhi llevará al G20 y a la reunión de ministros de Relaciones Exteriores.

El énfasis de la India en el diálogo y la diplomacia

Hasta ahora, India se ha abstenido de criticar directamente al Kremlin, desafiando los llamamientos de Occidente para que tome una posición firme.

Fue uno de los 32 países que se abstuvieron en una reciente resolución de la Asamblea General de la ONU que pedía la retirada rusa de Ucrania. Sin embargo, durante una visita del canciller alemán, Olaf Scholz, en Nueva Delhi, la primera ministra, Narenda Modi, declaró que India “está dispuesta a unirse a cualquier conversación de paz para resolver esta crisis”.

Rusia e India tienen una relación de confianza de décadas desde la época de la Guerra Fría. “Rusia fue un amigo en los años más pobres de India, en las décadas de 1950 y 1960, cuando nos dio acceso a tecnología que en algunos casos Occidente nos negó”, recordó Malik.

No obstante, no calificaría a la sociedad india, añadió, como antioccidental o prorrusa debido a los lazos cada vez más estrechos con Estados Unidos y Europa. En ese sentido, dejó en claro que “Rusia nunca desaparecerá por completo del cálculo de la política exterior de la India”.

Percepción distinta del origen de la guerra

Ese es un sentimiento que aparentemente comparten muchos países en desarrollo. “El problema aquí es que hay diferentes percepciones de por qué ocurrió la guerra”, explicó a DW Elizabeth Sidiropoulos, directora del Instituto Sudafricano de Asuntos Internacionales.

Las autoridades sudafricanas, por ejemplo, han dicho en repetidas ocasiones que no aprueban la invasión, pero que no se verán obligados a elegir un bando.

Muchas naciones africanas ven la guerra en Ucrania no como una crisis de seguridad mundial, sostuvo Sidiropoulos, sino como un problema europeo “con consecuencias que se sienten a nivel mundial”.

Sienten, agregó, que los aliados occidentales de Ucrania intentan desestabilizar el foro del G20 a expensas de cuestiones cruciales como la acción por el clima o abordar el desarrollo del continente. Su respuesta, por lo tanto, es: “Tomaremos nuestras propias decisiones. No nos intimiden”, afirmó Sidiropoulos.