El Ministerio del Interior de Gaza denunció este viernes que al menos 70 personas han muerto y más de 200 han resultado heridas tras un bombardeo israelí contra un convoy de desplazados en la carretera de Saladino, la principal vía de circulación que atraviesa la Franja de Gaza.

Bombardeos del Ejército israelí mataron esta tarde a 70 palestinos que huían para refugiarse al sur de la Franja de Gaza, la mayoría mujeres y niños, denunció el grupo islamista Hamás, en uno de los ataques sobre el enclave con mayor número de muertos desde que comenzó la guerra.

“Una nueva masacre cometida” por Israel “contra tres convoyes de ciudadanos” que circulaban por las vías Salahedín y Al Rashid, dos avenidas principales de Gaza, en su camino hacia la zona meridional del enclave.

Todo esto, después de que las fuerzas israelíes exigieran hoy la evacuación de civiles del norte de la Franja y ciudad de Gaza.

Esto implica el desplazamiento de al menos 1,1 millones de habitantes del enclave, la mitad de su población, e hizo que por el día hubiera miles de personas que iban a pie o en coche para hallar refugio en el sur de Gaza.

En el enclave hay al menos 1.800 muertos y más de 6.600 heridos, mientras las fuerzas israelíes dijeron hace poco que “realizan un ataque a gran escalada” contra objetivos de Hamás, según agregó la agencia de noticias AP.

Mortífero ataque contra palestinos en Gaza

La agencia oficial de noticias palestina Wafa confirmó también los recientes ataques, mientras la Franja está al borde del desastre y la destrucción se extiende por los bombardeos israelíes, los más duros que comete sobre Gaza entre las múltiples guerras contra las milicias palestinas que ha librado en los últimos quince años.

A su vez, la situación humanitaria de Gaza está al borde del colapso por el cerco total que impuso Israel, que impide el acceso de alimentos, combustible, electricidad, agua o cualquier mercancía.

Esto ha dejado a los civiles con escasez de comida y casi sin carburante, mientras que los hospitales están sin electricidad y no tienen medicinas ni provisiones sanitarias para atender a los miles de heridos.

Grupos de derechos humanos han denunciado este método para presionar a Hamás como una forma de castigo colectivo.

Los bombardeos israelíes de los últimos días han dejado reducidos al suelo muchos edificios altos e incluso barrios enteros, de donde se han estado recogiendo decenas de cuerpos entre los escombros, entre ellos familias prácticamente enteras que han muerto.

De mientras, 423.000 palestinos están refugiados en escuelas de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, mezquitas y otros centros religiosos donde esperan no ser atacados.

Miles de hombres están durmiendo en la calle, mientras las mujeres y niños permanecen en los interiores abarrotados de los edificios, según comentaron residentes palestinos.