La presión aumentaba este lunes en Francia sobre Damien Abad, nombrado recientemente ministro por el presidente Emmanuel Macron, después que dos mujeres lo acusaran el fin de semana de haberlas violado, hechos que el político niega.

“Si fuera primer ministro, diría a Damien Abad: ‘No tengo ninguna razón para pensar que las mujeres mienten (…) A la espera de una decisión judicial, quiero que no estés en el gobierno"”, dijo a la radio France Inter el líder del Partido Socialista (PS), Olivier Faure.

El medio en línea Mediapart publicó el sábado una investigación en la que dos mujeres acusan al político con discapacidad, de 42 años, de haberlas violado en 2010 y 2011. La fiscalía de París archivó en 2012 y 2017 dos denuncias de una de ellas.

El escándalo estalló cuando Macron intenta impulsar su nuevo mandato tras su reelección del 24 de abril, con la primera reunión de su nuevo gobierno este lunes, y con la mirada puesta en lograr de nuevo la mayoría absoluta en las elecciones legislativas de junio.

Las acusaciones contra Abad cuestionan además la implicación del mandatario centrista en la lucha contra la violencia machista, máxime cuando en 2020 ya nombró ministro del Interior a Gérald Darmanin, pese a que este enfrentaba entonces una denuncia por violación.

“El gobierno está junto a aquellas mujeres que, tras una agresión o acoso, tienen el gran coraje de hablar”, pero corresponde a la justicia “establecer la verdad”, indicó la portavoz del gobierno Olivia Grégoire, expresando el punto de vista de Macron.

El Observatorio de las Violencias Sexuales y Sexistas en Política, creado en noviembre por activistas, asegura haber alertado de los hechos al partido oficialista y a la antigua formación del ministro (Los Republicanos, derecha) antes de su nombramiento.

“Nuestro objetivo era que no fuera ministro”, indicó al diario Libération Mathilde Viot, cofundadora del Observatorio, para quien éste “no puede llevar a cabo serenamente” su actuación en el ministerio de Solidaridades, Autonomía y Personas Discapacitadas.

Aunque el Observatorio indica haber alertado el 16 de mayo al partido de Macron, cuatro días antes de hacerlo al fiscal de la República, el entorno de su delegado general, Stanislas Guerini, aseguró que vio el correo electrónico un día después del nombramiento.

“Estado de shock”

La primera violación que se le reprocha remonta a 2010. Según Mediapart, el político habría propuesto una copa de champaña en un bar un París a la presunta víctima, que actualmente tiene 41 años y que asegura que pudo ser “drogada”.

“Y luego, ‘black-out’ total, hasta la mañana siguiente”, atestigua esta mujer, que dice haberse despertado junto a él “en una habitación de hotel cercana al bar”, “en ropa interior”, en “profundo estado de shock y de asco”.

La otra mujer lo acusa de haberla violado a principios de 2011. Abad, al que conoció dos años antes, mantuvo una relación sexual con él una noche, primero de forma consentida y después forzada, marcada “por la falta de respeto, requerimiento e insistencia”.

Esta última acudió a una comisaría en 2012 y denunció por “violación” en 2017. Ambas denuncias se archivaron: la primera por la inacción de la denunciante, que no continuó con el proceso, y la segunda al no darse todos los elementos del delito, indicó la fiscalía de París.

“Rechazo con la mayor fuerza estas acusaciones”, que “se refieren a actos o gestos que son sencillamente imposibles para mí por mi discapacidad”, dijo Abad a la Agence France-Presse, que padece artrogriposis, una enfermedad rara que bloquea sus articulaciones y reduce su movilidad.

El movimiento #MeToo, que busca animar que las víctimas de agresiones sexuales, especialmente las mujeres, denuncien, ha sacudido en Francia en los últimos años el mundo del cine, del teatro, de las universidades, de los medios y de la política.

El caso de Abad recuerda al reciente de Taha Bouafs, de 25 años, quien renunció el 10 de mayo a ser candidato del frente de izquierdas en las elecciones legislativas del 12 y 19 de junio antes de que se hicieran públicas las acusaciones contra él por agresión sexual.

El revuelo creado también obligó a Jérôme Peyrat, de 59 años y condenado en septiembre de 2020 a una multa por violencia conyugal, a renunciar días después a su investidura por el partido de Macron, que, según los sondeos, lograría de nuevo una mayoría de diputados.