El régimen bielorruso registró hoy casas y oficinas de más de una veintena de defensores de derechos humanos y periodistas tanto en Minsk como en otras ciudades del país, informó a Efe la Asociación de Periodistas de Bielorrusia (BAJ).

“Los registros se efectuaron en el marco de un antiguo caso sobre disturbios masivos”, dijo Boris Goretski, presidente adjunto de la BAJ y una de las personas cuyo hogar fue registrado este martes.

Goretski precisó que ni los activistas ni los periodistas han recibido hasta ahora acusación alguna y no figuran en el mencionado caso ni como testigos, ni como imputados.

Al menos, 25 defensores de derechos humanos, la mayoría vinculados con la Asociación de Periodistas de Bielorrusia (BAJ) y el Centro de Derechos Humanos Vesná, han sido detenidos o registrados este martes, indicó a su vez Vesná en un comunicado.

Varias oficinas han sido registradas, tanto en Minsk como en toda Bielorrusia, incluidas las instalaciones de Vesná en la capital.

Como consecuencia de la operación, llevada a cabo por agentes antidisturbios y de la Dirección Principal del Ministerio del Interior para la Lucha contra el Crimen Organizado y la Corrupción (GUBAZIK), fueron detenidos “varios activistas”.

Entre ellos se encontraban el líder de BAJ, Andréi Bastunets, y el activista de Vesná Dmitri Soloviov.

Los policías registraron sus domicilios y se incautaron de equipos informáticos y documentos.

“Se llevaron de entre diez y decenas de artículos de casa de cada uno. Pero principalmente les interesaban los equipos informáticos”, señaló Goretski.

Financiamiento de protestas

El Comité de Investigación de Bielorrusia indicó en su cuenta de Telegram que, “como parte de una investigación preliminar para establecer las circunstancias del financiamiento de las actividades de protesta, se iniciaron registros en organizaciones que se posicionan como defensores de derechos humanos”.

Las autoridades se refieren a las multitudinarias protestas antigubernamentales que se suceden desde hace seis meses a raíz de las elecciones presidenciales de agosto pasado para exigir la dimisión del presidente, Alexandr Lukashenko, al que acusan de haber obtenido su sexto mandato de manera fraudulenta.

Según defensores de derechos humanos, en las manifestaciones contra Lukashenko fueron detenidos unos 400 periodistas, y al menos diez de ellos continúan tras las rejas.

Amnistía Internacional condenó este martes la nueva “ola de represiones” contra la sociedad civil y la prensa bielorrusa, y calificó los registros de intento de “acabar con los medios y las organizaciones de derechos independientes”.

“Desde el año pasado somos testigos de una chocante ilegalidad sin precedentes por parte del Estado, pese a las críticas y la inquietud internacional”, dijo la ONG en un comunicado.