El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, se juega este martes su futuro en el Senado, donde debe obtener un voto de confianza para poder seguir gobernando en medio de la pandemia.

Conte obtuvo este lunes la confianza de la Cámara de Diputados gracias al apoyo de los dos mayores partidos de la coalición, el Partido Democrático (PD, centro-izquierda) y el Movimiento 5 Estrellas (M5E, antisistema).

Sin embargo, el resultado de la votación en el Senado y sus consecuencias son totalmente inciertos, mientras la crisis de gobierno ha sumido el país en el desconcierto.

Conte perdió el apoyo de los 18 senadores de Italia Viva, la formación del ex primer ministro Matteo Renzi, al que tildó este martes de “irresponsable” por haber desatado la crisis en un momento tan delicado para el país, con más de 82.000 muertos por la pandemia.

“Tenemos que construir nuevos vínculos políticos con las fuerzas parlamentarias que han apoyado con lealtad al gobierno y con quienes les importa realmente el destino del país. Yo estoy disponible a cumplir con ello”, aseguró en su discurso ante los senadores.

Según las cuentas, a Conte le faltan unos 15 votos para alcanzar la mayoría absoluta de 161 senadores.

El llamado “abogado del pueblo”, un desconocido profesor de derecho sin experiencia política, que ha ganado mucha popularidad con el manejo de la pandemia, intenta lograr el apoyo de los sectores más centristas e independientes para compensar la perdida de Italia Viva.

La hora de la verdad para Conte

“Llegó la hora de la verdad”, tituló el diario La Repubblica, mientras el influyente Il Corriere della Sera reconoce que se trata de un momento “difícil” para un Ejecutivo que deberá tomar decisiones de gran envergadura.

“Es muy probable que Conte obtenga la confianza también en el Senado. Lo que no se sabe es con cuántos votos, ya que probablemente no logre la mayoría absoluta de 161 votos. Pero eso no es esencial para la supervivencia de un gobierno”, explicó Giovanni Orsina, politólogo de la Universidad Luiss de Roma.

“En ese caso será un gobierno muy frágil”, advirtió.

Ese escenario complica el liderazgo de Conte ante una Italia que debe encarar una serie de desafíos importantes, desde presidir este año el G20 hasta determinar en los próximos meses el destino de los más de 209.000 millones de euros que recibirá de la Unión Europea para el gigantesco plan de reconstrucción del país tras la pandemia.

Los aliados de Conte han pasado los últimos días negociando y contactando senadores independientes y tránsfugas de otros partidos dispuestos a apoyarlo.

El lunes, en la Cámara de Diputados, obtuvo el apoyo de una diputada de Fuerza Italia, el partido de centro de Silvio Berlusconi, la cual resolvió votar a favor del gobierno ante la emergencia económica, social y sanitaria del país.

Un tema que debería movilizar a buena parte del Parlamento, entre ellos a la senadora vitalicia Liliana Segre, de 90 años y superviviente del Holocausto, quien confirmó su presencia pese a que los médicos le han desaconsejado viajar.

“Es cierto que la historia de Italia está marcada por los gobiernos minoritarios, pero el país nunca había enfrentado una crisis social y económica tan dramática”, recuerda este martes en un editorial Il Corriere della Sera.

El peor de los casos

Si Conte no logra ni siquiera la mayoría relativa de 151 escaños, se abren una serie de escenarios.

Una opción sería excluir completamente a Conte y formar un nuevo gobierno con un líder proveniente de las filas del PD con el apoyo de Renzi, otra opción es un gobierno apoyado por una amplia coalición con un líder por encima de los partidos.

Por último, convocar elecciones anticipadas, como pide el ultraderechista Matteo Salvini, convencido de que puede ganarlas.