Las elecciones locales organizadas en el este separatista de Ucrania reforzaron en el poder a sus nuevos líderes según los resultados difundidos este lunes, consolidando el peso de Moscú en estos territorios que escapan al control de Kiev.

Sumándose a París y Berlín, Washington calificó los comicios de “farsa” al día siguiente de que los habitantes de estas zonas separatistas votaran para elegir a “presidentes” y “diputados” para las dos “repúblicas populares” autoproclamadas por los rebeldes en Donetsk (DNR) y en Lugansk (LNR), en guerra desde hace cuatro años.

Según los analistas, estas elecciones permiten que Moscú presente a los líderes separatistas como políticos elegidos democráticamente, más presentables que sus predecesores, que eran líderes bélicos.

Los actuales jefes interinos Denis Pushilin, nombrado en Donetsk tras el asesinato este verano del anterior dirigente, y Leonid Pasechnik, en Lugansk después de la destitución del responsable precedente, ganaron los comicios del domingo con 60,9% y 68% de los votos respectivamente, según resultados definitivos.

El Kremlin reaccionó a estas elecciones “con comprensión”. “Kiev no respeta los acuerdos de Minsk. En estas condiciones, estas repúblicas no tienen otra opción que organizarse y garantizar sus obligaciones sociales respecto a la gente abandonada por su país”, Ucrania, explicó el lunes su portavoz, Dimitri Peskov.

Un analista cercano al Kremlin, citado por la agencia oficial TASS, afirmó sin embargo que el consejero de Vladimir Putin a cargo de la cuestión ucraniana, Vladislav Surkov, envió un mensaje felicitando a los líderes ganadores.

Según Alexéi Chesnakov, este mensaje pone de relieve la fuerte participación, según datos oficiales, como reflejo de que los habitantes de la región “pueden defenderse y rechazan totalmente la política estúpida de Kiev”. El Kremlin no confirmó estas declaraciones.

La celebración de estas elecciones desencadenó airadas protestas de Kiev y de los occidentales, que ven en ellas la injerencia de Moscú y las consideran contrarias a los acuerdos de paz de Minsk.

“Están organizadas bajo la amenaza de metralletas rusas en un territorio ocupado” por Rusia, dijo el sábado por la noche el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko.

Por su parte, la Unión Europea catalogó a esta elecciones como unos comicios “ilegales e ilegítimos”.

Lotería y degustaciones gratis

Rusia y Ucrania tienen malas relaciones desde la llegada al poder en Kiev, en 2014, de los prooccidentales, a raíz del levantamiento del Maidán, seguido de la anexión de la península ucraniana de Crimea y del conflicto con los separatistas en el este.

Ucrania y los occidentales acusan a Moscú de apoyar militarmente a los separatistas, algo que Rusia desmiente.

Los acuerdos de paz de Minsk, firmados en febrero de 2015, permitieron reducir considerablemente los enfrentamientos pero aún así se han registrado episodios de violencia de forma periódica en la línea del frente, donde cuatro soldados ucranianos fueron abatidos el sábado.

Las dos repúblicas autoproclamadas estaban dirigidas desde hace meses por jefes interinos que vieron su autoridad refrendada por los votos.

En Donetsk, Pushilin, de 37 años, un exnegociador político con Kiev, había sido nombrado para suceder a Alexander Zakharchenko, excombatiente fallecido en agosto en un atentado.

En Lugansk, Pasechnik, de 48 años, antiguo responsable regional de los servicios de seguridad ucranianos, sustituyó a Igor Plotnitski, destituido en noviembre de 2017.

Para atraer a electores, cada persona que votaba obtenía un boleto gratuito para una lotería organizada en el mismo lugar, cuyo premio era una entrada para el teatro o un concierto.

Además, propusieron comida y degustaciones gratis para los votantes. En Lugansk, a los primeros 300.000 votantes, se les prometió un cupón del operador separatista para sus teléfonos móviles, por 100 rublos (1,3 euros).