El Comando Sur de Estados Unidos reveló la ejecución de un ataque militar contra una embarcación semisumergible en el Pacífico Oriental este 22 de diciembre. La operación ocurrió bajo la dirección del Secretario de Defensa, Pete Hegseth, y la condujo la Fuerza de Tarea Conjunta-Southern Spear.
Según el comunicado en X, la inteligencia militar identificó que el buque transitaba por una ruta conocida del narcotráfico y participaba en operaciones de un cártel. Las fuerzas estadounidenses procedieron con un ataque dirigido contra el objetivo en aguas internacionales.
“El 22 de diciembre, bajo la dirección del secretario de Guerra, Pete Hegseth, la Fuerza de Tarea Conjunta Southern Spear llevó a cabo un ataque cinético letal contra una embarcación de bajo perfil operada por Organizaciones Terroristas Designadas en aguas internacionales”, indicó el Comando Sur.
El resultado del operativo confirmó la muerte de un individuo, descrito por EE.UU. como un narcoterrorista y presunto miembro de una Organización Terrorista Designada. Mientras que ningún militar estadounidense resultó herido durante la acción, indicó la repartición.
Ofensiva y controversia internacional
Las fuerzas estadounidenses aseguran haber hundido, desde el 02 de septiembre a la fecha, más de 30 embarcaciones y causado al menos un centenar de muertes, además de dejar una persona desaparecida, en aguas del Caribe y del Pacífico.
El Gobierno del presidente Donald Trump fundamenta estas operaciones en una consideración específica. La administración define a los cárteles de la droga latinoamericanos como organizaciones terroristas y ha declarado un “conflicto armado directo” contra ellos, lo que justifica las acciones letales en aguas internacionales.
Esta estrategia se expandió tras una orden en agosto para desplegar buques militares en el Caribe, con Venezuela como principal foco. Posteriormente, la ofensiva se extendió al océano Pacífico, e involucró a Colombia y a las rutas marítimas cercanas a sus costas.
Los gobiernos de la región manifestaron un rechazo frontal. Tanto el Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela como el de Gustavo Petro en Colombia —ambos acusados por Trump de mantener vínculos con el narcotráfico— han denunciado estos ataques como asesinatos y ejecuciones extrajudiciales.