Desde hace semanas, los manifestantes piden la disolución del Parlamento, la revisión de la Constitución, considerada muy favorable al ejército, y examinar el papel y el poder de la monarquía, un tema tabú en el país.

Varios miles de activistas prodemocracia se manifestaron nuevamente este miércoles en Bangkok, Tailandia, en medio de un importante despliegue policial, un día después de la detención de 21 militantes.

Los manifestantes se reunieron frente al Monumento de la Democracia, en el centro de la capital y su intención era llegar hasta la Casa de Gobierno, pero el principal acceso fue bloqueado con autobuses y alambradas. Además, 15.000 agentes de policía estaban desplegados en las cercanías.

“Va a haber provocaciones, pero no queremos conflicto con nadie”, alertó a los activistas Anon Numpa, uno de los líderes de la protesta. “Cuando pase el cortejo real, no insulten”, pide el activista.

El rey Maha Vajiralongkorn asistirá a una ceremonia por la tarde y su cortejo pasará cerca del lugar de la manifestación.

Jack Taylor | Agence France-Presse

El martes, decenas de activistas prodemocracia levantaron tres dedos al paso del vehículo del monarca, un gesto considerado un desafío frente a la monarquía y su autoridad. Al menos 21 activistas terminaron detenidos.

Este miércoles, a poca distancia de los activistas también se dieron cita varios centenares de defensores de la monarquía, lo cual podría provocar tensiones o enfrentamientos entre los dos grupos.

“La monarquía existe desde hace más de 700 años. Quieren derrocarla. Vinimos a mostrar nuestro amor a nuestro soberano”, dijo a la AFP Siri Kasemsawat, guía turístico antes de la pandemia.

Desde hace semanas, los manifestantes tailandeses piden la disolución del parlamento con la dimisión del primer ministro Prayut Chan O Cha, la revisión de la Constitución de 2017, considerada demasiado favorable al ejército, y una revisión del papel y el poder de la monarquía, un tema totalmente tabú en el país.

Lillian Suwanrumpha | Agence France-Presse

Las protestas han logrado reunir miles de personas, aunque, según observadores, el número de manifestantes se ha ido reduciendo en las últimas concentraciones.

Los activistas “pueden haber sobreestimado su fuerza. El movimiento carece de un objetivo y una agenda claros”, señala Thitinan Pongsudhirak, politólogo en la universidad Chulalongkorn en Bangkok.