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El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, compareció este martes ante el tribunal por primera vez en el marco de su juicio por corrupción, desestimando las acusaciones de la Fiscalía que lo señalan por abuso de poder para enriquecerse con regalos. Netanyahu afirmó que trabaja arduamente y que las acusaciones son falsas, y señaló que su liderazgo se ve desafiado por la situación en Siria. También destacó que no busca controlar los medios, sino promover la diversidad de opiniones. Netanyahu enfrenta tres causas por delitos, incluyendo fraude y aceptación de sobornos, alegando que es víctima de una persecución política.

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El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, compareció este martes ante el tribunal por primera vez en el marco de su juicio por corrupción, instancia en la que calificó de “ridículas” las acusaciones que pesan contra él en un momento “desafiante” para el país y la región.

Así ha hecho frente a las acusaciones vertidas por la Fiscalía, que apuntan a que el mandatario ha abusado de su poder para beneficiarse y enriquecerse a costa de regalos y obsequios por parte de terceros.

“Esto es completamente mentira. Trabajo 18 horas al día. Todo el mundo lo sabe”, aseveró antes de aclarar que “come en la mesa de trabajo, y no precisamente cordon bleu”.

“Trabajo a contrarreloj, me voy a la cama a la 1.00 o 2.00 de la mañana, apenas tengo tiempo para ver a mi familia y a mis hijos. Es un gran precio a pagar”, aseguró ante las declaraciones que apuntan a que habría estado recibiendo lujosos regalos, como puros y champán.

“A veces no puedo ni acabarme el puro, no me da tiempo. Y odio el champán, no lo soporto”, puntualizó ante el Tribunal de Distrito de Tel Aviv, hasta donde se ha trasladado el juicio por motivos de seguridad.

En este sentido, dijo que ha sido durante el tiempo fuera del cargo cuando ha gozado de mayor libertad: “Iba con mi familia a Disneyland, a Australia, hacía excursiones… Era genial”.

Sin embargo, continuó, “mis deberes públicos me reclamaban y tuvo que preguntarme a mí mismo qué rumbo quería tomar, cuál era mi propósito en la vida”. Es por ello que aseguró que las acusaciones que apuntan a que solo busca el beneficio propio son “simplemente ridículas”.

La crisis en Siria

En relación con los últimos acontecimientos en Siria, Netanyahu señaló que la situación hace que su trabajo sea ahora “más desafiante”. No obstante, dijo tener ganas de testificar para “poder contar la verdad”, según recogen medios israelíes.

“Estoy liderando Israel cuando cuenta con siete frentes de guerra abiertos, y creo que lo puedo hacer de una vez. Sin embargo, hace pocos días ha tenido lugar un seísmo político. Ya hemos cambiado la faz de Oriente Próximo y esto tiene efectos globales, requiere mi atención”, sostuvo.

“Es posible hallar un equilibrio entre las necesidades del país y este juicio”, mencionó ante las dudas sobre si será capaz de desempeñar con eficacia sus funciones a medida que avanza el juicio en su contra, que lo llevará a acudir tres veces a la semana a los juzgados.

Netanyahu descartó además estar “buscando titulares” y expresó que lleva “ocho años esperando este momento”, que es “importante para la Justicia”, si bien su propio equipo legal trasladó en junio al tribunal que el primer ministro solo podría declarar en 2025 debido a la guerra.

El papel de los medios

El mandatario dijo que su deseo “no es controlar los medios de comunicación” sino que exista “una mayor diversidad de opinión”.

“Israel solía ser más libre en términos de opiniones. Gradualmente, esta diversidad se ha ido reduciendo a medida que la mayoría de directores y periodistas cuentan con un bagaje más de izquierdas y comparten opiniones de este tipo”, enfatizó.

El primer ministro está señalado en tres causas por una batería de delitos, entre ellos el de fraude o aceptación de sobornos, si bien ha denunciado que todo forma parte de una persecución política. De hecho, logró volver al poder para un sexto mandato ya con los procesos abiertos, a finales de 2022.

Entre las acusaciones en su contra se encuentra el uso indebido de poder para presionar a los medios de comunicación y que difundan información favorable al Gobierno.

Uno de los casos se remonta al año 2000, cuando trató supuestamente de llegar a un acuerdo con el diario ‘Yedioth Aharonot’ para que hablara de forma positiva de su administración a cambio de impulsar una legislación que perjudicara a su principal competencia, el diario ‘Israel Hayom’.

“No queremos hacernos con el control de los medios, queremos diversificarlos. Lo más importante es añadir más canales de televisión que no sean controlados solo por una parte; eso es lo esencial”, ha dicho antes de afirmar que ha mantenido conversaciones durante estos años con diferentes figuras de los medios.

Así, Netanyahu se ha mostrado “sorprendido” por los cargos impuestos en su contra por presuntos intentos de ejercer control sobre los medios. “Me sorprenden estas investigaciones. ¿Es en serio? ¿Por querer la cosa más democrática, que es diversificar y tener pluralidad de opiniones?”, sostuvo.