El Instituto Butantan de Brasil comenzó este miércoles de forma inédita la inmunización de toda la población adulta de la pequeña localidad de Serrana para evaluar la eficacia de la vacunación a gran escala, aunque la falta de nuevas dosis de antídotos amenaza la campaña en parte del país.

Durante las próximas ocho semanas, un total de 30 mil personas mayores de 18 años, salvo las mujeres embarazadas o lactantes, serán inoculadas en este municipio del estado de Sao Paulo con la Coronavac, la vacuna desarrollada por el laboratorio chino Sinovac en asociación con el Instituto Butantan, uno de los mayores centros de investigación de Latinoamérica y vinculado a la Gobernación paulista.

“Somos la primera ciudad de Brasil y del mundo en participar en un proyecto así, que puede traer resultados de esperanza de un 2021 bastante productivo y de cura para una pandemia que asombró al mundo”, afirmó Léo Capitelli, alcalde de Serrana, de unos 45 mil habitantes.

El llamado “Proyecto S”, considerado de alta complejidad, permitirá medir la eficiencia de la vacunación masiva durante el curso de la pandemia, así como sus impactos en la transmisión del virus, en el sistema de salud o en la economía.

“Estamos muy optimistas en participar en un proyecto de investigación que podrá servir de parámetro para el enfrentamiento de la covid-19 no solo en Brasil, sino en el mundo”, recalcó el alcalde.

Por su parte, el gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, reiteró en una rueda de prensa que la iniciativa es “inédita”, ya que es el “primer estudio de vacunación en masa realizado en el mundo”, y marca la “victoria de la ciencia brasileña”.

“Con la eficacia y seguridad de la vacuna del Butantan (Coronavac) ya comprobadas, el estudio ahora va a verificar el control de la diseminación del virus y la reducción del contagio”, señaló.

Según los cálculos del Instituto, los primeros resultados del proyecto estarán disponibles dentro de 12 semanas.

“Es un proyecto que personalmente me deja muy orgulloso, porque la pandemia trajo enormes desafíos sociales, económicos y también desafíos nunca antes enfrentado por la ciencia”, apuntó el director del Butantan, Dimas Covas.

Escasez de vacunas amenaza la continuidad de la campaña

Sin embargo, a exactos 30 días desde el inicio de la campaña nacional de vacunación, el pasado 17 de enero, la falta de nuevas dosis amenaza la continuidad de la inmunización en parte del país.

En momentos en que Brasil vive su alza más intensa de la pandemia, al borde de los 10 millones de infectados y con más de mil muertos diarios, al menos seis de las 27 capitales del país, entre ellas Río de Janeiro, fueron obligadas a suspender la vacunación debido a la ausencia de antígenos.

Autoridades y expertos atribuyeron la paralización y la lenta marcha de la vacunación nacional a la falta de planificación y gestión del gobierno encabezado por el presidente Jair Bolsonaro.

La Confederación Nacional de Municipios denunció que el Ministerio de Salud “ha ignorado repetidamente” a los alcaldes y no realizó la gestión necesaria para la adquisición de antígenos porque “su mando no creía en la vacunación como salida a la crisis”.

Hasta el momento, el Ministerio de Salud ha distribuido 12 millones de dosis (2 millones del antídoto del laboratorio anglo-sueco AstraZeneca y 10 millones de la Coronavac), una cantidad que fue suficiente para vacunar a cerca de 5,5 millones de personas, equivalentes a poco más del 2,5 % de los 212 millones de habitantes del país.

A ese ritmo, Brasil sólo conseguiría vacunar al 70% de su población en 2024, aunque expertos consideran que el proceso podría acelerarse a partir de la próxima semana, cuando serán distribuidos los primeros lotes de vacunas fabricados localmente.

En ese sentido, el gobernador paulista anunció este miércoles que el Butantan entregará a partir del próximo martes 3,4 millones de dosis de la Coronavac al Ministerio de Salud, lo que permitirá que las ciudades reanuden sus inmunizaciones, mientras que 46 millones de vacunas deberán estar listas hasta abril.

A la escasez de los antídotos -un problema común a varios países del mundo- se suma otros factores, como la falta de logística, la demora del Gobierno en presentar un plan nacional de inmunización y la judicialización de la vacunación, ya que varios asuntos relacionados a los inmunizantes llegaron a los tribunales.

“Nuestra red de salud no estaba preparada ni capacitada, pese a que sabíamos por lo menos desde hace medio año que tendríamos que hacer esas campañas de vacunación. Faltó planificación, faltó logística, y eso retrasó todo el proceso”, explicó el presidente de la Sociedad Brasileña de Inmunizaciones, Juarez Cunha.

Evaluó, sin embargo, que Brasil “tiene espacio y capacidad” para avanzar rápidamente en la vacunación, sobre todo gracias al Programa Nacional de Inmunización, considerado un referente mundial y que tiene una autonomía para aplicar más de dos millones de dosis diariamente.

“Una vez que haya insumos, que tengamos vacunas disponibles y personal suficiente para auxiliar los profesionales de salud, el programa tiene todo para despegar”, aseguró Cunha.