Era la audiencia de imputación de cargos contra Oscar Orjuela Pinzón, de 19 años.

El hombre está acusado de morder, quemar y golpear hasta la muerte a su hijastro de 22 meses en Bogotá, Colombia.

Las imágenes lo muestran sentado junto a su defensor de oficio, Javier Baquero.

Cuando le asignaron el caso, el profesional de las leyes no imaginaba lo que se vendría.

El momento de comprobarlo llegó, cuando se entregaban detalles de cada uno de los 44 golpes contra el niño de 22 meses en todo el cuerpo. Fracturas y sufrimiento enorme para su edad, de los pies a la cabeza.

En la prueba 17, según consigna el medio local Caracol, el juez decidió parar la exposición de Medicina Legal en contra de Orjuela. Ya habían duros y suficientes detalles para seguir escuchando.

Caracol / Colombia
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Las cámaras captaron al defensor de oficio en pleno llanto por lo que le había hecho su defendido a la criatura.

“Es el caso más duro que me ha tocado a lo largo de mi carrera”, le dijo a la prensa con más serenidad y justificando el haberse quebrado de esa forma.

“Todo el trasegar (sufrimiento) desde el día lunes hasta el sábado, de este menor, con torturas. Fue quemado, fue golpeado fue, bueno… también lo llevaban al jardín sin comer. Tenía lesiones en la lengua, en los genitales. Por eso no pude evitar ponerme en los pies o en el cuerpo, en la humanidad de ese menor. Imaginarme todo lo que había sufrido”, dijo Baquero.

El trabajo de este y otros defensores de oficio, en cualquier parte del mundo, demanda darle asistencia a quienes están imputados y no pueden pagar un abogado particular. Sin embargo, fue mucha carga para un profesional que dice ser padre de dos hijas.

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“Naturalmente ejerzo la defensa, pero este caso se sale de todo contexto y va más allá de la humanidad de cualquier persona”, explicó el jurista.

Según el reporte del medio colombiano, el defensor no interpuso un recurso después de que el juez del caso envió a prisión al acusado.

El momento fue evidenciado como difícil también para el juez de la causa, quien, con la voz entrecortada, informó la decisión tras escuchar los vejámenes sufridos por el niño.

Las cámaras nunca lo mostraron pero, en ese instante, se veía al abogado llorar al mismo tiempo que el titular del tribunal.

Tras hacer una pausa para recuperar el aliento, se dirigió con más firmeza al acusado.

“No me imagino las demás cosas que habrá tenido que sufrir ese pobre niño a su merced. Y créame que me conmueve a mi, que llevo mas de diez años aquí. No entiendo como podría hacer esa pobre víctima”, recalcó el juez.

Los que procesaron la escena y tuvieron que documentarla con fotografías y testimonios, tampoco salen del asombro al recordar la escena en la que encontraron sin vida al niño.

Pero el sujeto no acepta los cargos de homicidio agravado y violencia intrafamiliar.

Fue enviado a la cárcel La Modelo, en la capital colombiana. Se informó que su condena no tendría reducción por tratarse de un delito contra un menor de edad.