Es una historia que llega procedente de Colombia, y que ha trascendido a otros continentes como el europeo, donde medios como 20minutos han hecho eco de esta.
El protagonista es Pedro Pablo Santo Domingo, un joven de 22 años, quien a pocos días del nacimiento de quien creía era su hijo, decidió llevar el nombre del niño para siempre en su espalda.
La carga, no obstante, se volvió extremadamente pesada al descubrir la cruel verdad. Los mensajes de Whatsapp de su entonces pareja, lo sacaron del engaño.
Resulta que esta tenía una sincera conversación con su ex novio, en la cual aseguraba que daría fin a su relación con Pedro Pablo y regresaría a su lado.
A medida que este revisaba el hilo de lo conversado, se enteró que el bebé no era suyo, sino del hombre con el que su pareja había tenido una relación, la cual pensaba recuperar.
El relato está consignado en el periódico colombiano La Opinión, que asegura que la reacción del traicionado hombre subió tanto de tono, que golpeó a la mujer con un palo.
Los vecinos llamaron a la policía y lo tomaron detenido. Estando encerrado contó los motivos de su ira, por lo que le ofrecieron apoyo psicológico, aunque sin desestimar su delito.
Horas después de salir en libertad, este acudió a realizarse un examen de ADN, comprobando que el recién nacido en efecto no es hijo suyo.
Se conoció además que Pedro Pablo está en busca de la remoción con láser, del tatuaje enorme que cruza su espalda con el nombre de Benjamín.
El procedimiento resulta doloroso, aunque a simple vista, no tanto, comparado con la desilusión vivida por el joven colombiano.