El fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, informó que el concejal Fernando Albán fue hallado muerto este lunes al interior del centro de reclusión de la policía de inteligencia (Sebin), luegar donde estaba retenido por su presenta participación en el atentado contra el presidente Nicolás Maduro.

“Hemos tenido conocimiento del suicidio de Fernando Albán Salazar, quien estaba siendo investigado por el intento de magnicidio contra el presidente Nicolás Maduro”, indicó Saab en una conferencia de prensa.

El persecutor indicó que se han designado dos fiscales para que investiguen qué ocurrió al interior del Sebin y cómo Albán se quitó la vida, pese a la vigilancia y las medidas de seguridad con las que -se supone- cuenta el recinto carcelario.

Según Saab, el concejal se habría lazando desde el décimo piso del edificio, tras pedir permiso para ir a la baño.

“La versión preliminar de los hechos, es que el ciudadano solicitó ir al baño y de estar allí se lanzó desde un piso 10 del edificio”, agregó.

El ministro de Justicia de Venenuela, Néstor Luis Reverol, complementó esta información, agregando que el hombre fue detenido el pasado 5 de octubre y estaba siendo trasladado a un tribunal, cuando solicitó permiso para ir al baño y se lanzó desde un baño.

“En el momento que el detenido iba a ser trasladado al tribunal, encontrándose en la sala de espera del Sebin, se lanzó por una ventana de las instalaciones cayendo al vacío, ocasionándole la muerte”, expuso el secretario de Estado.

“¡Asesinos!”, escribió en Twitter el diputado Julio Borges, fundador de Primero Justicia, partido de Alván. Borges también fue vinculado por el gobierno al presunto atentado y está exiliado en Colombia.

Según el parlamentario, el cuerpo de Albán “fue lanzado sin vida desde el edificio del Sebin”.

Maduro no se ha referido al tema.

“Estaba sereno”

La Unión Europea (UE) se sumó a las exigencias de una “investigación exhaustiva e independiente para aclarar las circunstancias de la trágica muerte”, la segunda de un opositor preso en el último año.

“Esperamos que el gobierno venezolano respete los derechos humanos de todos los detenidos”, indicó en un comunicado la oficina de la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, que urge también a la liberación de “todos los presos políticos”.

En tanto, la embajada de Estados Unidos en Venezuela afirmó que la de Albán es una muerte “sospechosa” y constituye una violación de los derechos humanos porque el dirigente estaba bajo custodia estatal.

La Arquidiócesis de Caracas, a cuya labor social estuvo vinculado el concejal, también planteó dudas sobre la versión del suicidio.

“Hasta ayer (domingo) se conoció que estaba sereno y tranquilo. Inclusive, envió directrices a su equipo para que se mantuviese trabajando en favor de los pobres”, subrayó en un comunicado la Arquidiócesis, fuerte crítica del gobierno.

El abogado de Albán, Joel García, dijo a periodistas que no pueden afirmar ni negar que se tratara de un suicidio.

El concejal del municipio Libertador, de Caracas, formaba parte de la treintena de detenidos por el presunto ataque contra Maduro, que dejó siete uniformados heridos.

El mandatario denuncia ese hecho como un “magnicidio en grado de frustración” y responsabiliza como autores intelectuales a Borges y al expresidente colombiano Juan Manuel Santos.

Albán había viajado a Nueva York la semana pasada para visitar a sus hijos y acompañó a Borges a Naciones Unidas.

“¡No es un suicidio!”

La muerte de Albán se suma a la del también concejal de Primero Justicia Carlos García, quien falleció en septiembre de 2017 por un accidente cardiovascular tras diez meses de detención en los calabozos del Sebin en Guasdualito, estado Apure. El partido denunció que le negaron la atención médica.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, escribió en Twitter que la muerte de Albán es “responsabilidad directa de un régimen torturador y homicida”.

La noche del lunes, decenas de personas con velas realizaron una vigilia frente al Sebin para protestar por la muerte de Albán.

“Esto no es suicidio, esto es homicidio”, gritaban, custodiados por agentes policiales.

En Venezuela hay unos 236 presos políticos, según la ONG Foro Penal.