La actriz Paulina García, reconocida por su participación protagónica en la aclamada película Gloria (2013) reveló la razón por la que empezó paulatinamente a alejarse de la televisión y lanzó una dura crítica contra la industria. “Es un sistema heteronormado, clasista y racista”, dijo.

García, de 60 años, comenzó su carrera en la década de los 80 en Canal 13, donde actuó en Alguien por quien vivir y Los Títeres. En esta última interpretó a Adriana Godán.

También participó en La Invitación (Canal 13), A la sombra del ángel, Los Venegas (TVN) y Cárcel de Mujeres, teleserie que le valió un Premio Altazor de las Artes Nacionales. Más tarde, lejos de la televisión convencional, incursionó en Narcos (Netflix) y Matar al padre (Movistar+).

En conversación con el podcast Reyes del Drama, la actriz recordó que en 1987 protagonizó una fuerte polémica mientras se grababa La Invitación en el excanal católico.

Esto, porque dio una entrevista al periódico El Fortín Mapocho que no gustó a los ejecutivos. “Al productor no le quedó otra que echarme. Titularon ‘Paulina García acusa…’ y salía yo apuntando con el dedo. Me acuerdo del momento de la foto que no tenía nada que ver. Me fui a la mierda, no me dejaron entrar al canal y no volví a grabar y se acabó”, rememoró.

Según dijo, la producción no obtuvo los mejores resultados debido a la poca importancia de su lanzamiento… y eso lo hizo notar. “Si había 24 escenas, uno grababa las 24 escenas. Una locura. El guión era muy interesante en esa teleserie, pero el lanzamiento fue como una kermesse, obviamente que la competencia nos iba a volar la raja y nos echaban la culpa a los actores. No pueden ponernos a nosotros como los culpables. Quedó la cagá y me echaron… Yo creo que me salvé”, dijo.

Tras ese episodio, conseguir trabajo fue una tarea cada vez más difícil. Los papeles que le ofrecían, además, eran pequeños. “Era para entrar a decir que la cena estaba servida… Yo me pregunté a mí misma si tenía el carácter para resistir estar trabajando de esa manera (…) No me necesitaban”, aseguró.

Y vino la crítica: “Es un sistema heteronormado, clasista y racista. Durante mucho rato ha sido muy fascistoide el sistema. Yo creo que incluso fue menos fascista durante la dictadura que después”.

Para ella, a lo largo de la historia de la industria nacional se ha intentado realizar tramas que muestren al país, pero resultan “muy heteronormadas”. “Tipos que se tiraban minas y se mostraba eso como algo súper choro. Hombres que les hablaban al pene mientras manejaban”, ejemplificó.

“Groserías insultantes hacia las mujeres que me sorprende que las hayamos tolerado y normalizado todo. Teníamos naturalizada esa manera de relacionarse hombres con mujeres”, añadió.