“¿Cómo lo lograremos este año? No lo sé”: lo confiesa Jimmy Kimmel, el anfitrión de los Emmys, que este domingo se realizarán con un formato virtual con cámaras transmitiendo en directo desde cientos de lugares en el mundo debido a la pandemia.

Los Emmys serán el experimento perfecto de cara a la temporada de premios de Hollywood en 2021, que ya fue atrasada algunos meses.

Kimmel animará la ceremonia que premia a lo mejor de la televisión estadounidense desde el gigantesco Staples Center de Los Ángeles, prácticamente vacío.

A las afueras del estadio, se levantan avisos para el equipo de producción sobre llevar máscaras y mantener la distancia por el covid-19, que ya mató a casi 15.000 personas en California.

Algunos presentadores de categorías lo acompañarán en el escenario, como H.E.R. que cantará en el In Memorian, pero serán una minoría. Equipos de cámara seguirán a 138 estrellas en 114 locaciones distintas alrededor de 10 países, todo un reto para estas ceremonias que se transmiten en vivo.

“Nadie se regresa a casa siendo perdedor… todos ya estarán en casa”, bromeó Kimmel en una de las promociones del evento.

Sin alfombra roja, la producción dijo a los nominados: “ven como quieras, pero haz un esfuerzo”, según una carta publicada por la revista especializada Variety. “Si quieres estar en ropa formal, nos encantaría, pero igualmente si estás en el Reino Unido y son las 3 de la madrugada, ¡quizás quieras estar en pijamas de diseñador y grabar desde tu cama!”.

¿Las mujeres se pondrán vestidos glamurosos de todos modos, esperando un momento ganador, o en su lugar irán a por el ‘tie-dye’ que parece ser la moda que revivió de los 90 y se impuso en la cuarentena?

Como sea, la edición 2020 de los Emmys dará una sacudida obligada, y para muchos necesaria, al formato de ceremonias de premios que cada año pierden más audiencia.

“Incluso si la noche del domingo termina siendo un completo desastre, al menos será un desastre interesante. Y realmente poco más se puede pedir en 2020“, dijo a la AFP la editora de los premios de Indiewire TV, Libby Hill.

“Los productores generales al menos están preocupados para cualquier cosa, sobre todo preparados si todo sale mal”.

Racismo en EEUU

Capturando el espíritu de protesta y anárquico de este año, la miniserie de HBO Watchmen encabeza la lista de nominaciones con 26. 

La inquietante adaptación del cómic aborda el racismo histórico de Estados Unidos, así como la violencia policial e incluso el uso de máscaras. 

En una ceremonia previa al Emmy, que premia categorías técnicas, Watchman ganó ya siete estatuillas, incluida fotografía, mezcla de sonido y vestuario.

La serie de Star Wars “The Mandelorian” también suma siete Emmys en estas categorías técnicas, los primeros además para el flamante Disney+.

De las más de 100 nominaciones por actuación de este año, más de un tercio fueron para actores negros, un nuevo récord.

La noche honrará además la carrera de Tyler Perry, el magnate negro del entretenimiento que ha impulsado una mayor diversidad en Hollywood, y que este año pagó los gastos funerarios de víctimas negras de violencia policial, incluido George Floyd.

En estos Emmys se espera que la lucha contra el racismo ocupe un lugar destacado, lo mismo para el legado de la magistrada de la Corte Suprema Ruth Bader Ginsburg, una pionera en los derechos de género y un ícono progresista, fallecida el viernes a los 87 años.

Y es probable también que muchos aprovechen esta vitrina para pedir el voto en contra de Donald Trump en las elecciones del 3 de noviembre.

¿”Succession” u “Ozark”?

 

Con la eterna ganadora Juego de Tronos finalmente en su dragón rumbo a Poniente, la categoría drama promete ser más disputada este año, con Succession -de HBO, sobre la lucha en una familia poderosa por el control de un imperio mediático- y la serie criminal Ozark, de Netflix, empatados con 18 nominaciones.

El gigante del streaming consiguió este año un récord de 160 nominaciones con el que espera llevarse su primer Emmy a mejor serie dramática, en la que compite también con la saga monárquica The Crown.

En la categoría comedia, la competencia parece concentrarse entre The Marvelous Mrs Maisel -la ya ganadora serie de Amazon sobre una ama de casa de los 1950 convertida en comediante de standup- y la canadiense Schitt’s Creek, sobre una familia rica forzada a vivir en un motel.