La trama de la nueva temporada de American Horror Story se mantuvo en misterio hasta su debut a mediados de septiembre. En su estreno descubrimos que la historia se centrará en una pareja que busca una nueva vida y deciden trasladarse a vivir una antigua granja, que pronto descubren que está embrujada.

El matrimonio se enfrenta a espeluznantes situaciones que los pone al borde de la locura y los deja horrorizados. Sin embargo, ninguna fue tan aterradoras como la aparición de los fantasmas de dos enfermeras que mataban a sangre fría a indefensos ancianos.

Según se cuenta en la serie, se trataba de dos hermanas quienes habían convertido la casa en un asilo de ancianos, donde recibían a adultos mayores cuyas familias no quisieran cuidar de ellos. Su único requisito es que la primera letra del nombre del paciente sirviera para deletrear su palabra favorita: Murder (asesinato).

Lo que pocos saben es que esta historia no es una creación de Ryan Murphy, sino que una adaptación de una historia real ocurrida en los años 80.

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Amantes asesinas

Contrario a lo que se muestra en la serie, la protagonistas de la historia no eran hermanas, sino que colegas que luego se convirtieron en amantes.

Gwendolyn Graham y Cathy Wood se conocieron en 1985 cuando Gwen llegó a trabajar al asilo Alpine Manor en Michigan. Las mujeres tenían personalidades muy diferentes, pues mientras Graham intentaba agradar a la gente, Wood gozaba haciendo bromas crueles a sus compañeras.

Cathy, que tras su divorcio había renunciado a los hombres, se enamoró perdidamente de Gwen, cuya preferencia por las mujeres no era un secreto. Su romance incluyó un pacto en el que prometían estar juntas “por siempre y cinco días”.

gwen graham y cathy wood
Las verdaderas Gwen Graham y Cathy Wood

Su relación era muy intensa, pero siempre querían más adrenalina. Por ello comenzaron a maltratar a los ancianos que estaban a su cuidado, pero cuando dejó de ser suficiente, iniciaron los asesinatos.

Según el New York Times, la pareja estuvo implicada en ocho misteriosas muertes de adultos mayores que fallecieron asfixiados. Aunque en un principio fueron considerados como muertes naturales debido a las avanzadas enfermedades de los pacientes, habían cabos sueltos que despertaron sospechas entre los familiares de las víctimas, especialmente porque las muertes ocurrieron bajo la guardia de ambas mujeres.

El primer asesinato ocurrió en 1987 cuando Graham entró a la habitación de una mujer con Alzheimer y la asfixió con su propia toalla, mientras Wood se mantuvo en la puerta vigilando.

El crimen desató en ellas una emoción incontrolable y un vínculo especial. Años después, Cathy confesó que la idea había sido de su amante, quien aseguraba que el homicidio la liberaba de sus tensiones y que el secreto de hacerlo juntas las uniría aún más como pareja e impediría que alguna quisiera huir de la relación.

Asilo Alpine Manor
Asilo Alpine Manor

Los crímenes siguieron, pero Graham decidió elegir a sus víctimas de una manera peculiar. Asesinarían a los pacientes con Alzheimer cuyo nombre comenzara con una de las letras de su palabra favorita Murder (asesinato).

Con el tiempo, Graham se enamoró de otra enfermera del asilo y dejó a Cathy a cargo para mudarse a Texas, donde comenzó a trabajar en un centro de cuidados infantiles

Una herida Wood confesó los asesinatos a su ex marido, quien decidió de inmediato hablar con la policía. Las autoridades comenzaron la investigación en 1988 y le ofrecieron un trato a la mujer.

De esta forma ella confesó todo lo ocurrido, recalcando que Graham había sido la autora intelectual y material de los hechos. Ese mismo año, dos cuerpo fueron exhumados y ellas apresadas.

Gwendolyn Graham
Gwendolyn Graham

Durante el juicio, Graham culpó a Cathy de ser la mente maestra tras los asesinatos, sin embargo, el jurado la encontró culpable tras escuchar el testimonio de la nueva pareja de la mujer, quien aseguró que Gwen había confesado los crímenes.

Graham fue sentenciada a cinco cadenas perpetuas, mientras que Wood a dos condenas de 20 años por asesinato en segundo grado y conspiración para un homicidio. En 2020 podrá salir libre.

En 1992 la periodista Lowell Cauffiel escribió un libro contando la historia de las mujeres donde expuso algunas teorías que aumentaron las sospechas contra Wood.

En Para siempre y cinco días, la profesional entrevistó a los amigos de la pareja, familia y colegas, quienes crearon una imagen de Wood completamente diferente a la que había mostrado en el juicio. Según ella, Cathy era manipuladora y una mentirosa patológica que le encantaba arruinar la vida de las personas. Además, encontró algunas evidencias no definitivas que podrían haber inculpado a Wood por los asesinatos.

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